¿Recuerdas tu primer trabajo? ¿Sigues esforzándote al máximo? Si ya has olvidado tu primer trabajo, probablemente también has dejado de hacer cosas importantes.
Ahora que eres un adulto con un trabajo estable y que le apasiona… ¿estás seguro de que no has olvidado aspectos importantes de tu vida laboral?
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Quizá has dejado en el olvido aspectos básicos que te podrían estar ayudando para mejorar en tu trabajo y así alcanzar o preservar el éxito.
Estas son las 7 lecciones que siempre debes tener presente de tu primer trabajo:
1. Valora tu sueldo.
La primera vez que recibiste tu sueldo entendiste perfectamente que el dinero no crece en los árboles y que debes trabajar arduamente por él.
Sin embargo, con el pasó de los años y ya al tener un salario que te enorgullece has cedido ante tus caprichos, aunque está bien que te consientas, nunca debes olvidar lo mucho que has trabajado por obtener ese dinero.
2. Ten a la competencia cerca.
Si fuiste afortunado en tu primer trabajo pudiste conocer a un mentor que te apoyó y guió para superarte, sin embargo, también te topaste con aquel al que le molestaba tu trabajo.
Nunca debes olvidar a esa persona, no para odiarlo, sino para recordar que él veía algo en ti, que él sabía que podías ser mejor y que podías superar cualquier obstáculo, hasta su envidia.
Es importante tener a los amigos cerca, pero es mejor tener a los enemigos y a la competencia laboral más cerca.
3. No eres un experto.
Aunque domines a la perfección tu trabajo, podrías encontrarte algo que te dificulte tu labor, por eso está bien preguntar.
En tu primer trabajo nadie esperaba a que fueras un experto y aunque lleves años en algún lugar siempre puedes adquirir nuevos conocimientos.
Por esto, siempre pregunta cuando tengas alguna duda o no hayas entendido bien, lo importante es que te sientas seguro de que puedes hacer las cosas como debe ser.
4. Sé responsable.
La primera vez que trabajaste te esforzaste al máximo, querías demostrar que merecías estar ahí, por eso eras muy responsable.
Probablemente con el tiempo te has sentido más confiado y has dejado a un lado tus responsabilidades, crees que tu experiencia cubrirá tu falta de compromiso, pero no es así.
Recuerda que nadie es indispensable, no te confíes.
5. Respeta el tiempo de otros.
Tu primer trabajo te exigía puntualidad, por lo que te organizabas y llegabas 5 o 10 minutos antes para no sufrir de un descuento, pero hoy en día lo has olvidado.
Si eres jefe te has olvidado de ser puntual, crees que los otros deben controlar su tiempo a tu disposición cuando no es así.
Te respetarán y valorarán más como jefe si llegas a tiempo a tus reuniones, recuerda que un buen líder siempre da el ejemplo.
6. Buena actitud.
Todos los trabajos tienen su lado bueno y su lado negativo, pero si ya te volviste un grinch que solo se queja todo el día, es momento de cambiar de trabajo.
La mayoría de las personas tuvo su primer trabajo en un lugar que les gustaba, por esto demostraban su buena actitud y ganas de aprender.
Si te gusta tu trabajo, demuéstralo, no necesitas ser el más alegre de la oficina, pero mínimo saluda cordialmente cuando llegas por la mañana.
7. Demuestra respeto.
Tal vez, no has encontrado a alguien que te motive como tu primer jefe, pero cada uno de tus líderes te han enseñado algo, ya sea bueno o malo.
Es importante que siempre los respetes y los veas como tus jefes, no importa lo bien que te lleves con ellos, los resultados y lo bien que hagas tu trabajo podrían ayudarte a obtener un ascenso o que te llamen en un próximo proyecto.
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