Acariciar, si lo pensamos es una palabra más que interesante, es provocativa. Ve sus definiciones según la RAE, pero mejor usa tu propia definición y responde, sin usar las manos, ¿de qué otra manera acariciarías a tu pareja?
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Acariciar a tu pareja…
Esperamos que hayas respondido de maneras creativas, por el momento queremos enfocarnos a tu lengua.
Este órgano muscular que tiene movimiento y cierta libertad, humedad y receptividad.
Ahora imagina tu lengua en:
1. Su abdomen.
Deja que su ombligo se cohiba con tenerte cerca y sentir tu respiración, además, será excitante porque tu pareja podría pensar que en cualquier momento te vas más al sur y pues… tendrá que esperar a que te posiciones en esas coordenadas.
2. Busto.
No pezones, pasea tu lengua en su busto, en esa piel de durazno que también es muy sensible.
3. Parte interna de los muslos.
De por sí, para hacerlo ya tienen que estar en una postura que suma mucho al momento, ahora es hacer una buena primera parte a una película con final feliz.
4. Atrás de las rodillas.
¡Hazlo con calma y tómate tu tiempo! Verás los resultados.
Vamos a las zonas más comunes
5. Hombros.
Sí, es lindo, pero no es la zona que se distinga por sus incontables clímax, aunque inténtalo, quizá a tu pareja le guste.
6. Cuello.
Es de lo más conocido y hecho, un buen comienzo junto a los hombros, pero recuerda los primeros puntos.
7. Orejas.
Esto es sutil pues si lo haces muy rudo, profundo o rápido, será molesto para tu pareja, se trata de que sean besos coquetos, no que le revientes el tímpano con el sonido de tu lengua en su conducto auditivo.
Ojo, para acariciar como te acabamos de decir no tienes que tener la lengua como brocha cargada, poco a poco pasa saliva y deja que la humedad de tu boca la mantenga idónea pero sin ser caldo.
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