Te has preguntando: ¿Cómo saber si ya superé a mi ex?
Muchos de nosotros tenemos un amor difícil de olvidar, alguien a quien quizá le daríamos una oportunidad más, con quien podríamos intentar que las cosas fueran diferentes…
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Sin embargo, la realidad llega de golpe y nos deja el reconocer que ya no había nada más qué hacer, que lo mejor era estar lejos, que lo mejor fue terminar.
De este modo, nos queda sólo preguntarnos si esos pensamientos sólo son de nostalgia o si aún añoramos estar a su lado.
La diferencia entre extrañar, añorar y recordar, puede ser confusa…
Responde la pregunta «¿Cómo saber si ya superé a mi ex?» con esta reflexión…
1. Recordarla no duele.
Puedes pensar en sus momentos especiales, las veces que rieron, los besos que los llevaron fuera de esta galaxia, la pelea por la que todo terminó… Pero esos recuerdos no duelen, ni ganas de volver a vivirlo.
2. No añoras su compañía.
Es decir, no te sientes obsesionado con su compañía o por la forma en la que te sentías estando a su lado.
Añorar es, según la RAE, «Recordar con pena la ausencia, privación o pérdida de alguien o algo muy querido».
Si añoras, puede ser que las emociones aún estén a flor de piel o que realmente no te hayas dispuesto a sanar la herida del adiós.
3. Sabes lo que extrañas y no es a la persona.
Por ejemplo, extrañas la etapa de vida o la vida que tenías a su lado, extrañas los detalles de su familia o las mañanas de sudor entre las sábanas, incluso, puedes extrañar la forma en la que te sentías en la relación, pero a la persona, no…
Es diferente extrañar a la persona a extrañar la manera en la que su presencia en nuestra vida nos daba seguridad, protección o cariño.
En el primer caso, es extrañar directamente al otro, en el segundo es extrañar algo que podemos llegar a tener con otra persona, incluso, mucho mejor.
4. Hay días en los que no piensas en ella.
Es decir, quizá el lunes por algo te acordaste de ella, pero el martes, miércoles, jueves, nada de que cruzara por tu cabeza.
5. Puedes decir su nombre sin problema.
Al hablar de tu pasado o cuando alguien te pregunta por ella, puedes mencionarla sin que al salir su nombre por tu boca se te haga un nudo en la garganta o de plano, prefieras evitar mencionarla porque te puedes quebrar.
6. En su momento le diste un cierre a la relación.
Entonces, es parte del duelo que de vez en cuando la pienses, pero no te la vives en la fantasía de pensar en lo que sería tu vida hoy a su lado, decidiste seguir.
Recuerda que es muy humano recordar, pero es necesario sanar.
7. Sanaste el vínculo.
Es decir, sanaste lo que debías sanar con respecto a tu ex… Esto va más allá de salir con otras personas, hay personas que no salen con nadie, pero tampoco sanan su relación.
Si en ningún momento decidiste sanar tu pasado, necesitas decidirte y actuar para lograrlo.
Después de leer, es momento de que respondas si de los 7 puntos, cumples los 7 o cuál es el que aún necesita de tu trabajo emocional. Es momento de decir, ya superé a mi ex.
Hay personas que no se olvidan pero sus historias sí pueden sanarse.
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