El apego no es una cuestión exclusiva de amigos, hijos o parejas, sino también puede ocurrir en el ámbito laboral, es decir, entre tu trabajo y tú.
Un reciente artículo publicado en The New York Times Español no sólo explica de qué trata, sino clasifica los 4 tipos de apego (y más comunes) que cualquier profesional puede desarrollar con su empleo.
¿Te interesa conocer sobre este tema? Te contamos…
Comencemos por decir que el apego es una relación de dependencia que desarrollamos respecto a algo o alguien, que nos hace asumir comportamientos y actitudes negativas, y que afectan tanto nuestro desenvolvimiento como crecimiento en el tiempo.
Si bien son hábitos que podemos corregir; en principio, parecen ser incontrolables y afloran de manera automática ante diversas situaciones.
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1. El apego ansioso y preocupado.
Se distingue principalmente porque los individuos que lo padecen tienen miedo a molestar a los demás.
Por ejemplo, el apego ansioso y preocupado es típico de los empleados que revisan constantemente el correo con la intención de asegurarse que todo esté bien. Además, son personas que enfrentan una gran dificultad para gestionar el tiempo.
Ellos suelen obsesionarse con ciertos problemas laborales, y perder mucha energía imaginando escenarios catastróficos que nada tienen que ver con la realidad.
Finalmente, son profesionales a los que les cuesta establecer límites, esto es decir «no».
¿Cómo solucionarlo?
Básicamente es pensar positivo («Esperemos a ver qué sucede» «todo saldrá bien») y apoyarte en el trabajo del resto de tus compañeros.
Sobre establecer límites, lo ideal será comenzar por no revisar correos después de salir de la oficina, por ejemplo.
2. Apego desdeñoso o evasivo.
Por lo general, son los profesionales que subestiman a los compañeros de trabajo, pensando que el resto de la gente es tonta o no tan inteligentes como ellos.
Un actitud que deriva en conflictos y desconfianza, y que – a su vez- provoca que los otros quieran controlarlo y estar sobre sus asuntos.
Son personas que tienen su propio ritmo de trabajo, les gusta establecer qué es lo relevante y cómo trabajarlo para que funcione. Esto genera muchos problemas con el resto de compañeros y jefe.
¿Cómo solucionarlo?
Puedes comenzar por considerar que el trabajo de los demás es válido, y que es necesario unir esfuerzos para que el proyecto obtenga los resultados que se requieren.
Además, trabajar un poco tus habilidades de inteligencia emocional, como saber escuchar, tener paciencia, y ser cordial.
3. Apego temeroso evasivo.
Además de tener miedo (tal como el apego ansioso), también se paraliza por la poca confianza que tiene en sí mismo y sus habilidades de hacer las cosas bien.
Son personas que se paralizan ante cualquier dificultad, y tienen ser muy pocos efectivas ( a nivel productivo e innovación).
Ellos se quedan estancados en el mismo puesto por años, siempre necesitan la ayuda de un colega o superior para sacar el trabajo a tiempo, y también suelen mostrarse muy estresados ante cualquier obstáculo.
¿Cómo solucionarlo?
La solución consiste básicamente en calmar el temor y los nervios, con técnicas de relación y pensamientos más positivos.
Luego trabajar la organización, es decir, establecer metas realistas y definir un plazo para su cumplimiento.
Por ejemplo, puedes comenzar por trabajar 30 minutos diarios en un proyecto que has pospuesto por semanas.
4. Apego seguro.
Son aquellas personas que aceptan los proyectos laborales tal y como se les presentan, sin aportar innovaciones o métodos que puedan ser más efectivos.
Su lema es «hacer lo que se puede» e ir resolviendo según las posibilidades que existan en un determinado momento. Incluso no temen decir que no cuando creen que no podrán hacer algo.
Son personas que suelen establecer prioridades, pedir ayuda cuando se necesita, establecen límites y rechazan propuestas cuando es necesario.
¿Cómo solucionarlo?
Es el tipo de apego menos perjudicial. Sin embargo, será recomendable pedir retroalimentación y atreverte a tomar algunos riesgos para mejorar la efectividad del trabajo.
Finalmente…
Sin importar cuál sea tu tipo de apego, sé consciente que puedes mejorar tu nivel de productividad, tu entusiasmo para hacer frente al trabajo, y también aprovechar las oportunidades que se presenten en esta área.
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