Al norte de Noruega, prácticamente en el Polo Norte, se encuentra Svalbard, un archipiélago que pone de manifiesto la belleza del ártico a la primera mirada.
Su capital es Longyearbyen, una ciudad casi del tamaño de Irlanda, y que el único problema de seguridad que enfrenta son los osos polares que abundan la zona (casi 3.000 en las tres islas principales).
Sus paisajes son de una belleza indiscutible, uno de esos lugares que te hacen cuestionarte tu existencia y agradecer en cada célula la maravilla de estar vivo.
Además es un lugar sumamente comprometido con la conservación del medio ambiente. Las casas son de madera y,a pesar de estar rodeadas de nieve, ninguna muestra ni un rastro de humo por sus chimeneas.
En las islas de Svalbard no verás árboles, verás hielo en cantidades impresionantes. Es uno de los puntos habitados más fríos del mundo, siendo un ejemplo de toda la magia que aún guardan nuestros polos.
El frío es una de las cosas que más vas a disfrutar en el ártico. Aunque en invierno la temperatura baja a -40 grados C, las construcciones están hechas para que no lo sientas.
Y una buena chamarra te ayudará a caminar al aire libre, disfrutando de uno de los paisajes más increíbles que nos regala nuestro planeta.
Además de la tranquilidad, en Svalbard podrás disfrutar de un intercambio cultural enriquecedor. Hay personas de diferentes nacionalidades que han creado un microcosmos de confianza y generosidad entre vecinos, algo muy propio de pueblos pequeños pero a este hay que sumarle la necesidad de generar un vínculo cálido en medio del hielo.
Aquí se respira la bondad del desconocido… a pesar de que cada año la población de Svalbard cambia.
Además del increíble paisaje, en Longyearbyen encontrarás una oferta cultural interesante, resultado de la mezcla de nacionalidades y podrás disfrutar de conciertos, espectáculos, festivales y exposiciones, todo en medio de hielo y auroras boreales.
Y claramente excelentes restaurantes y bares que reflejan la mezcla cultural de este archipiélago que debe ser, sin duda, uno de los lugares más bonitos del planeta.
Y si te gustan los paseos al aire libre, Svalbard cuenta con 3 reservas naturales, 6 parques nacionales, 15 santuarios de aves y una zona protegida por sus características naturales.
Déjate seducir por este paraíso perdido y vive el ártico como nunca lo imaginaste.
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