Si ya consideras que eres bueno en la cama y que ella goza contigo, es momento de ser el mejor y todo un semental.
Está bien que ya domines lo básico y ahora es momento de prestar atención a esos detalles que provocan en ella más placer.
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Y no, no se trata de hacer mil posiciones raras o de durar por horas, sino de prestarle atención a su cuerpo, al tuyo y tener una conexión que les brinde más placer.
Porque si ya se lo haces rico, ahora puede ser delicioso y puedes pasar de ser bueno a un excelente amante.
Para que tu vida sexual en pareja sea más placentera es momento de hacer esto para que ella goce más contigo y te vea como el mejor hombre con el que ha estado:
Un hombre que es bueno en la cama hace estas 7 cosas
1. Comunícate.
Para que seas más que bueno en la cama es esencial qué conozcas qué le gusta, qué disfruta, cómo le gusta que la toques o que cosas no desea en la cama.
Por esto, es fundamental que hables con tu pareja, pero no que te pongas a preguntarle este tipo de cosas a la hora del sexo.
Incluso, puedes usar esta charla como un preliminar que los excite y los emocione a poner en práctica lo que hablaron.
La comunicación les ayudará a que las relaciones sexuales sean más satisfactorias. Es básico que no solo hablen, también escuchen y atiendan a su pareja.
2. Sorprende.
Muchas veces, una mujer te considera bueno en la cama, porque te preocupas por su placer y planear el encuentro. Les gusta sentirse amadas y que les prestas atención.
Por esto, si quieres seducirla y enamorarla, es momento de que planifiques un encuentro sexual.
¡Ojo!, no se trata de que tengas un horario definido o que se hagan ciertas cosas, sino que le pongas sazón al asunto.
Puedes lograr esto con velas, poner sábanas limpias, prepararle la cena, comprarle un conjunto de lencería y hasta pedir probar un juguete sexual.
El punto es que le demuestres que te interesa y estás dispuesto a atender todas sus necesidades.
3. Calienta el momento.
Muchas veces, pensamos que nuestra pareja tiene las mismas ganas que nosotros y creemos que con pedir o mencionar el encuentro se dará de inmediato, pero no siempre es así.
Por esto, puedes “tantear” el terreno, mandándole mensajes que la emocionen, exciten y la pongan en el mismo nivel que tú.
Si vas a mandar tu pack, es importante que le eches ganitas al asunto y no sea la clásica que no te ayuda en nada.
Mínimo que se vea tu interés y que le vas a poner esfuerzo al asunto.
4. Preliminares.
Puedes pasar de ser bueno a un maestro en el sexo, si dominas el preliminar. Sobre todo, si le das la atención que necesita tu pareja.
Es esencial que sepas qué le gusta y tomarte el tiempo para brindarle esto. Porque si pasas directo a la penetración, ella sabrá que eres como los demás.
Incluso, que eres egoísta y que no sabes qué hacer para que los dos gocen juntos. Por esto, dale cariño, enfócate en los besos, las caricias y en disfrutar del momento.
5. Toma tu tiempo.
Este punto va muy ligado con el anterior, porque muchos hombres saben que el preliminar es necesario para que una mujer goce y tenga más orgasmos.
Sin embargo, lo hacen como mero trámite y lo más rápido posible y esto provocará que ella no se sienta presionada o crea que no te interesa su placer.
Si vas a sus zonas erógenas, es esencial que las consientas con calma y te des el tiempo de recibir una reacción satisfactoria de su parte.
Así que, hazlo con calma y permite que ella también disfrute.
6. Incluye algo más.
Lo sabemos, tú fantasía favorita es que lo hagas con dos mujeres, pero al incluir algo más no nos referimos a esto.
Si no a que te atrevas a probar un juguete sexual con tu pareja, una fantasía que les agrade a los dos o probar comida sobre su cuerpo.
Incluso, que dejes la saliva a un lado y usen lubricante para mayor satisfacción.
7. No tengas prisa.
Ni en hacerla llegar ni en acabar con el momento de intimidad. Porque si terminas y ya te quieres ir a tu casa, bañarte o ponerte a ver la televisión, no es nada agradable para ella.
Así que antes de salir corriendo, permítete disfrutar de otro momento íntimo, en donde pueden estar acostados sin hablar, pero disfrutando de la compañía y de lo que sucedió.
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