Un trabajo no motivador puede ser la principal causa de infelicidad y agotamiento emocional de un adulto.
Por lo general, la insatisfacción se manifiesta con diversos síntomas; siendo muy común que nos refugiemos en «vías de escape» que tomamos para lidiar con el descontento y suelen ser: la ingesta de más alcohol, falta de entusiasmo por la vida, mayor consumo de alimentos, aumento de gastos innecesarios, e incluso más peleas y conflictos de pareja.
Sea como sea, la mejor decisión es cambiar y buscar otro empleo que marque una evolución profesional y esté más acorde con nuestras expectativas.
Ahora bien ¿Cuándo sabemos que debemos cambiar de empleo?
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1. Haces el mismo trabajo desde tu primer día.
No hay un crecimiento respecto a las actividades laborales a realizar o nuevos proyectos que te entusiasmen, sino que llevas muchísimo tiempo haciendo lo mismo.
2. Estás irritable.
La insatisfacción laboral está afectando otras áreas de tu vida, como tu relación de pareja o amistades.
Sin contar que ante la más mínima oportunidad, siempre estás hablando sobre tus deseos y ganas de retirarte de ese empleo.
3. Has estado pensando en un cambio desde hace tiempo.
Por ejemplo, que deseas trabajar por cuenta propia y ser independiente.
Incluso ya tienes pensado lo que te gustaría hacer, pero aún no te atreves.
4. Te sientes alejado de las cosas que te gustan.
Los temas que te gustan y que investigas no tienen nada que ver con tu trabajo; por lo que ese impulso extra que te da la pasión no lo sientes en tu día a día.
Entonces, motívate a cambiar y arriesgarte, pues tu talento y vida son muy importantes y merecen ser desperdiciados en algo que no te gusta.
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