Si has perdido la motivación en todo y sientes que no puedes lograr nada, podría deberse a que sufres de agotamiento emocional.
Tu físico está cansado, pero también tu mente e incluso tu alma se siente perdida. Y esto puede deberse a que te has estado exigiendo más de la cuenta.
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El trabajo, el estrés, la familia, pareja, amigos, los pendientes, sueños y la vida te han estado consumiendo poco a poco, tanto que ahora sufres de agotamiento emocional.
Y no es que se lo propusieran, sino que tú poco a poco caíste en querer hacer todo al mismo tiempo o quisiste convertirte en un hombre perfecto y solo te terminaste malgastando por algo que no existe.
Tal vez, creas que este no es tu caso, porque cuidas de ti mismo y solo estás en una mala racha, sin embargo, no es así, porque te sientes harto de la situación y no dejas de verte como un fracasado.
Por esto, es momento de ver las señales y ocuparte de tu salud mental, porque si sigues así el agotamiento emocional se volverá un problema más grave…
Señales de que sufres agotamiento emocional
1. Estás molesto.
Una señal clara de agotamiento emocional es que nada te inspira alegría y menos positividad, ahora ves las cosas de color negro y de forma negativa.
Por lo que siempre estás irritado, frustrado, estresado o te molestas con facilidad. Estás buscando quién la paga y no quién te la hizo.
Pareciera que has dejado de ser un hombre inteligente, maduro y que encuentra soluciones, para convertirte en uno que se cierra y se molesta con todo el mundo.
2. Todo el tiempo estás cansado.
No importa si dormiste más de 8 horas o te la pasaste todo el día en tu cama. No logras sentirte con energía y menos recuperar tu vitalidad.
Y aunque físicamente te sientes agotado, el cansancio mental es más severo. Porque tus pensamientos no te permiten descansar con tranquilidad.
Sobre todo, porque tu mente siempre está en otro lado y no te permite o te hace creer que no mereces descansar.
3. Pierdes interés.
Ya nada de entusiasma y tampoco tienes ganas de empezar una nueva actividad o de salir de tu zona de confort.
Has comenzado a tener una vida rutinaria que te cansa, no te aporta nada y es viciosa, pero de la que no puedes ni quieres salir.
Solo dejas que pasen los días, mientras sigues perdiendo motivación para seguir adelante.
4. Hay problemas en tus relaciones personales.
Tu trabajo ha afectado tanto tu vida personal que ahora en cada una de tus relaciones hay problemas y malentendidos.
Sobre todo, porque siempre estás estresado e irritable, por lo que no eres capaz de pensar con claridad.
Incluso, no has permitido que las personas que te quieren te apoyen y te ayuden a salir de esta situación. Solo quieres que te dejen en paz.
5. Optas por una salida fácil.
Sabrás que el agotamiento emocional ya te está pasando la factura porque has decidido no resolver los problemas y elegir el camino más sencillo.
Esperas, le das la responsabilidad a alguien más o decides tomar conductas perjudiciales para tu salud como comer, beber o fumar en exceso.
*Es muy importante que te des cuenta de que no es monotonía ni un mal rato, sino agotamiento emocional y pidas ayuda. Porque esta situación puede convertirse en un problema que afecte de manera importante tu vida y tu salud.
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