Tal vez, te creas un hombre inteligente que sabe y logra todo lo que quiere, pero la realidad es que eres un hombre envidioso.
Decimos esto con toda la seguridad del mundo, porque aún no has logrado tus metas por estar metido en la vida de otras personas.
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Crees que necesitas estar pendiente de lo que hacen o dejar de hacer, porque así obtendrás puntos o serás visto como el ganador, pero la realidad es que solo eres un envidioso.
Lo peor de todo es que tienes todo para tener éxito en la vida, sin embargo, estás desperdiciando tu talento al enfocarte en la vida de tus compañeros de trabajo o “amigos”.
Es momento de que aceptes que la envidia te invade y que si sigues por ese camino, lo perderás todo…
10 señales de que eres un hombre envidioso
1. Señalas los errores de otros.
Te encanta encontrar los defectos de las personas y restregárselos en todo momento. No importa si fue un error pequeño, tú lo vuelves algo enorme.
Lo peor de todo es que puedes ver los errores de otros, pero no eres capaz de ver tus defectos.
Solo te enfocas en que los demás piensen que es un fracasado o falso, pero no te das cuenta de que quien se ve así eres tú.
2. Presumes tus logros.
Cuando alguien triunfa en algún aspecto de su vida, no le permites brillar ni recibir felicitaciones, porque le robas su momento y te esfuerzas en ser el centro de atención.
Mencionas que tú has logrado más o que su éxito es algo básico y que cualquier puede lograr.
Sin embargo, si ponemos los éxitos de los dos en una balanza, tú saldrías perdiendo y por mucho.
3. Haces menos.
En todo momento te sientes superior o que le haces un favor a los demás con tu presencia. Te encanta humillar o demostrar que tienes carácter.
Crees que eres un hombre poderoso, pero en realidad eres un inmaduro que no sabe manejar las responsabilidades que tiene a su cargo.
4. Das malos consejos.
Cuando alguien a quien envidias te pide un consejo o su apoyo, tú se lo brindas pero de la forma incorrecta.
Es decir, le dices aquello que te beneficie a ti o que lo hunda.
Te enfocas en hacerlo ver como un perdedor, para que tú puedas aprovechar su error y así salir victorioso.
5. Eres cobarde.
No enfrentas a las personas, prefieres hablar a sus espaldas. Lo peor de todo es que aseguras que eres su amigo o quieres lo mejor para él.
Pero cuando se aleja cuentas sus secretos, inventas chismes o dices cosas que lo dejan mal parado, pero que te benefician a ti.
6. Buscas ganar a toda costa.
Para ti, todo es una competencia, no importa lo que tengas que hacer o a quién tengas que pisotear para ganar.
Solo te enfocas en demostrar que sabes más o que tienes la razón, aunque no sea así.
7. Tus cumplidos se sienten falsos.
En el momento en el que “elogias” a alguien, tu envidia sale a relucir, porque no te expresas de corazón, sino con odio.
Tus palabras se escuchan forzadas y ocultan lo que en realidad piensas.
8. Das criticas negativas.
Aseguras que eres el rey en dar buenos consejos y criticas constructivas, sin embargo, la realidad es otra.
Porque solo te enfocas en señalar el error, pero no das un consejo para encontrar la solución o para aprender una lección de esta situación.
Solo te gusta destruir las ilusiones del otro.
9. Te molesta que alguien triunfe.
Nadie puede lograr más que tú, pareciera que si tú no triunfas, nadie más puede.
Por esto, no eres capaz de aceptar que otros alcances sus metas y cuando lo hacen, dices que fue la suerte, el dinero o los contactos, pero nunca ves el talento y el esfuerzo que pusieron.
10. Imitas.
Un hombre envidioso siempre copiará, pero jamás hará la diferencia para lograr aquello que desea.
Solo busca imitar lo que otros ya han hecho, porque él no tiene lo suficiente para tener éxito por su propia cuenta.
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