Esta no es una idea que queramos venderte porque se nos ocurrió de la nada y como remedio mágico, al contrario, viene de una reflexión que surgió en una buena charla con mi amigo que es psicólogo mientras platicábamos de cómo tomar decisiones inteligentes.
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Y, es que, las decisiones inteligentes no están restringidas a los negocios o a la vida laboral, de hecho, en nuestra vida cotidiana vamos tomando decisiones, claro, algunas más trascendentes que otras y así vamos delineando nuestro presente, lo que a su vez, forma las bases para el futuro.
Entonces, para tomar decisiones con sabiduría no sólo se trata de ver el panorama claro…
Todo comienza y, prácticamente, ahí puede radicar el éxito de todo en desde dónde se está tomando la decisión, si desde la consciencia, habilidad y seguridad o desde el miedo, la duda y la ambición.
Para tomar decisiones con sabiduría
Lo pondremos en palabras claras con un ejemplo.
Te están ofreciendo un mejor empleo, por supuesto, aceptar la nueva oferta significa renunciar a tu actual y cómodo trabajo.
Estás ante la decisión de aceptar la propuesta y dejar lo conocido que ya dominas o tomar el riesgo de irte a lo desconocido.
La clave está en tomar la decisión con base en tus fortalezas y no en tus miedos. De esta manera, siempre habrá una satisfacción y, si por algún motivo los resultados no son los esperados, lograste una experiencia real y que dice algo de ti que no son tus inseguridades, angustias o miedos.
Así que, la próxima vez que tomes una decisión medítalo desde tus fortalezas, desde lo que has logrado y lo que tienes, no desde lo que crees que puede salir mal o tus miedos.
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