¿Sabías que detrás de hábitos como morderte las uñas, pasarte los dedos por el cabello o hacer una lista súper planificada con tus prioridades del domingo, podría estar oculta una crisis de ansiedad?
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Nos ha pasado a muchos, en menor o mayor grado, y lo que hemos aprendido es que para hacerle frente y superarla, lo primero que debemos hacer es identificar los comportamientos que este trastorno de ansiedad nos produce.
Por eso, hicimos una lista con comportamientos que puedes reconocer en tu propia vida, si estás padeciendo esto… ¡toma nota y asume el control de tus pensamientos y emociones!
Vivir con ansiedad funcional oculta
1. La incertidumbre te produce una sensación de pánico y desesperación que impide concentrarte en tus actividades diarias.
Además, se evidencia en hábitos como morderte las uñas, necesidad de caminar o moverte, o acariciarte el cabello continuamente.
2. Estás constantemente evaluando situaciones que te suceden a diario, como queriendo buscar información que hubiera quedado en el olvida perfectamente. «¿Por qué habrá dicho eso?», «¿Será que me equivoque con eso?», son algunas de las cosas con las que te interrogas a diario.
3. Los pensamientos negativos suelen predominar sobre los positivos, y eso generarte un sentimiento de incomodidad que no sabes calmar.
4. No siempre tienes que parecer agitado, también puedes verte perfectamente tranquilo y padecer este trastorno.
Por ejemplo, cuando haces acciones sin sentido, y que funcionan como vía de escape ante la incomodidad que produce la ansiedad.
Dar saltos en la cocina o bailar en cualquier lugar, sin razón, como un acto de desesperación, e intentando cansar los pensamientos que no te dan tranquilidad y persisten en tu cabeza.
5. Puede suceder también que intentes estar muy ocupado; o el otro extremo; que prorrogues lo más que puedas esas cosas que debes hacer.
6. Sientes pánico por situaciones que podrían o no sucederte en el futuro, y que no puedes controlar. Esto, con frecuencia, también podría causarte insomnio.
7. Evitas momentos a solas a toda costa, y cuando los tienes, intentas que esté lleno de actividades que te eviten reflexionar y escuchar tu voz interior sin perturbaciones.
8. Eres muy bueno para conversar y ser extrovertido, pero no entiendes por qué no puedes establecer relaciones más duraderas.
Ahora bien, una vez identificados estos signos, sería bueno saber cómo comenzamos a darle la batalla a este trastorno.
Lo ideal sería realizar pequeñas acciones que ayuden a contrarrestar este comportamiento, y que poco a poco se conviertan en un estilo de vida.
Por ejemplo, si cada vez que te quedas «un poco más en la cama», tienes voces implacables en tu cabeza que te hacen sentir culpable porque estás perdiendo el día, contrarréstalos con ideas más positivas como «descansar también es productivo para mi cuerpo y mente».
O darte la oportunidad de contestar un texto de manera impulsiva, sin tener la necesidad de probar constantemente que tienes derecho a existir en este mundo.
Se trata de validar tus propios sentimientos, de sentirte bien con la persona que eres y ver la vida desde una perspectiva más optimista.
¡Toma un respiro y decide ser mejor de lo que ya eres!
Reconoce tu ansiedad funcional y trabájala.
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