Cuando una relación ya cayó en la monotonía se siente, pero lo importante es identificarlo para poner sobre la mesa si se quiere rescatar.
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Tener una relación de pareja es relativamente fácil, pero mantenerla es el verdadero reto.
Dos personas que deciden estar juntas por convicción y no por necesidad deben ir trabajando en su vínculo, de tal manera que a pesar del tiempo, las obligaciones, la responsabilidades, las discusiones y la rutina, se sientan valorados, cómodos y plenos.
Si bien, la felicidad es un tema individual, el hecho de compartir la vida con alguien, le suma dificultad a la ecuación, queramos o no, tener una relación de pareja implica trabajo emocional, tiempo, energía, dinero, disposición y mucho diálogo.
No es tan raro abrir los ojos y ver que la relación cayó en la monotonía pero se necesita identificarlo:
Sé honesto y analiza lo siguiente:
1. Están esclavizados a su rutina.
Es decir, de la cama al trabajo, del trabajo al gimnasio, del gimnasio a la casa, y de la sala a la cama.
Ambos están tan instalados en sus actividades que actúan de forma automática.
2. Platican lo básico.
Sus diálogos están limitados a lo básico, ¿cómo te fue en el trabajo? ¿Qué hay de comer? ¿Quién compra lo de los niños? Necesitamos ir a hacer el súper…
Están dejando de nutrir su vínculo afectivo y están dedicándose a sacar adelante las necesidades en común, sí, todo menos lo afectivo.
3. Ya no tienen citas.
Si lo más cercano a una cita es cuando los dos van al súper a hacer la despensa, están olvidándose de ustedes como pareja.
Necesitan replantear esta situación, una relación de pareja requiere energía, tiempo, momentos y actitud de complicidad, interacción íntima que va más allá de estar en la cama.
4. No hay emoción al encontrarse.
Regresar a casa después de un día de trabajo es sólo un paso más para cerrar el día.
Se están perdiendo las ganas de verse, reencontrarse, saludarse y estar el uno para el otro.
5. Intimidad fría o poco frecuente.
Otra señal de que la relación ya cayó en la monotonía está en la habitación.
Si cada vez es más espaciado el encuentro romántico o de plano, al momento del encuentro, se siente poca pasión o como si se hiciera por obligación… ¡Algo anda mal!
6. Siempre hacen lo mismo.
Van a los mismos lugares, se despiertan a la misma hora, comen lo mismo, les preocupa lo mismo…
Están contaminados por los hábitos, su dinámica es predecible y no se han detenido a crear momentos improvisados o espontáneos que halaguen al otro o los reconecten.
7. No tiene dinámicas sanas en común.
Es decir, no cocinan juntos para pasarla bien, quizá cocinan entre los dos pero llenos de estrés, fatigados e irritables.
Si lo que leíste te recordó o describió lo que vives con tu pareja, sí, tu relación ya cayó en la monotonía.
Necesitan sentarse a platicar y decidir lo que pueden y quieren hacer al respecto.
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