Las camisas son esas prendas imprescindibles que más revelan la personalidad de quién las lleva.
Independientemente del estilo que te guste, lo importante es saber cómo combinarlas de acuerdo a la imagen que quieras proyectar y el resto de prendas que decidas llevar.
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Primero hagamos un repaso de las partes que componen una camisa clásica:
Cuello: Hay numerosos tipos de cuello según la forma de las puntas, el largo, el alto y la forma de abotonarse.
Canesú: Es el trozo de tela que une la parte del pecho, las mangas, el cuello y la espalda.
Sisa: Es la costura curva que une las mangas al cuerpo de la camisa y que rodea el hombro y la axila. Estirando los brazos en todas direcciones, la sisa nunca debe apretar, sino que debe quedar suelta y cómoda.
Pliegue o tabla: Es la costura en la parte alta de la espalda que ayuda a estilizar y ceñir la tela para que se amolde a la curva de los omóplatos. No todas las camisas lo tienen.
Pinza: Esta costura se encuentra en ambos lados de la camisa en la parte más baja de la espalda y, al igual que los pliegues, sirve para ajustar la camisa a la forma del cuerpo. Las camisas con pinzas son más conocidas como Slim Fit o Tailored Fit.
Manga: Cubren los brazos y suelen ser largas en las camisas de vestir o las de invierno y cortas a mitad del brazo y por encima del codo para las ocasiones informales y en verano.
Tapeta: La tapeta es el trozo de tela alargado que se encuentra en la pechera de la camisa y en la que se sitúan los ojales. La tapeta puede ser un pliegue de la misma camisa o un trozo cosido en el borde de la misma tela o en contraste. Puede ser simple o doble.
Puño: El extremo final de las mangas y, como el cuello, donde se reúne el mayor interés según los tipos de camisa para hombre.
Cola: Se conoce como cola a la parte final de la espalda, que suele ser más larga que la parte delantera.
Refuerzo: En inglés recibe el nombre de Hem Gusset, que es el refuerzo del borde, un pequeño trozo de tela triangular que se suele coser a ambos lados del cuerpo de la camisa en la unión del borde para aportar un toque de resistencia a la zona.
Ya que conoces las partes de la camisa, te diremos cuál elegir para los colores de trajes que tienes y con qué tipo de corbata combinarlas:
Camisas blancas
Debido a su versatilidad, el blanco va con cualquier color y ofrece libertad cuando se trata de combinarlas con corbatas (pueden ser lisas, con rayas, moños, etc).
Con trajes negros: Al ser colores básicos, se debe resaltar más la corbata que lo acompañe. Prueba con diversas corbatas texturizadas (rayas horizontales, verticales, en otros colores) para que resalte la combinación blanco-negro.
Con traje azul marino: El color negro y azul marino son los más usados en los negocios, son fáciles de combinar y transmiten una imagen bien cuidada y elegante. Combina tu camisa blanca con corbatas en colores sólidos como los rojos cereza y verde limón o verde pasto.
Camisas azules
El azul es un cambio al clásico blanco pero sin salir de lo conservador y formal. También es ideal para darle una apariencia más clara a la piel morena. El azul oscuro es tu mejor apuesta para el trabajo, puesto que funciona increíblemente bien con diferentes colores y patrones.
Con traje gris: Para camisas con tonos de azul fuerte combinadas con traje gris, la corbata deberá ser de un color más neutro o claro (café o gris pálido) o corbatas con rayas horizontales.
Con traje café claro: La mejor manera de combinar una camisa azul con un traje camello o beige es apegarse a lo clásico. Si el color del traje es camello, debe usarse con una camisa de tono azul claro. Si el traje es beige, una camisa con un azul más fuerte es la opción ideal.
Camisas de cuadros
Para los cuadros, optar por las corbatas en colores más audaces y figuras para que destaquen contra la camisa. El truco es hacer que la corbata sobresalga. Con camisas de cuadros opta por corbatas que tengan figuras o rayas llamativos. Sólo asegúrate de que su corbata es más audaz y más oscuro que el color de la camisa, para asegurarse de que hay distinción entre su ropa.
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