Mucho se habla del estrés, incluso, ha sido denominado como la enfermedad del siglo XXI, sin embargo, se debe decir que como en todo, existe uno positivo y uno negativo.
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Eustrés
Conocido como Eustrés, se refiere al estrés positivo pues no provoca daños a la salud ya que lo tenemos por periodos cortos de tiempo.
Este tipo de estrés tiene las mismas respuestas fisiológicas que el estrés malo.
Sin embargo, es lo que pasa en nuestro cuerpo la que nos ayuda a salir adelante de algunas situaciones.
Es decir, el eustrés nos mantiene alerta, con la mente abierta y creativa, por lo que nos ayuda a expresar talentos individuales.
Se manifiesta con reacciones adecuadas a los estímulos estresantes, por ejemplo, ante un examen académico, podemos sentir ansiedad, pero a su vez se plantea la situación como un reto a vencer, en otras palabras inyecta vitalidad.
Distrés
El distrés es lo que conocemos como el estrés negativo, es aquel del que tanto nos alarman, el que quita el sueño y nos despierta en plena madrugada.
Este tipo de estrés puede venir con desgano, irritabilidad, ansiedad crónica, apatía, músculos contracturados.
En casos extremos vista nublada, además, a diferencia del eustrés, reduce nuestro rendimiento y provoca fatiga.
Cuando es distrés, nuestro cuerpo es rebasado por los estímulos estresantes, comenzamos a perder el apetito, tener problemas de sueño y poca concentración, mientras aumentamos los hábitos nocivos como fumar o tomar alcohol.
Para que sea distrés lo que nos estresa debe ser persistente, lo que causa el desgaste paulatino y repercute de forma crónica en la salud.
Así que ya lo sabes, no todo el estrés es malo, pero puedes procurar manejarlo para que te dé energía y no que te la quite.
Con información de nuestro partner Hey Hey Hello.
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