¿Te gusta escuchar canciones tristes cuando te sientes deprimido?
La música tiene un poder muy especial, es capaz de curarnos. Y no, no es una metáfora, sino es algo que está comprobado por la neurociencia y diversas disciplinas de la medicina.
Incluso, la música es capaz de disipar las nubes de la depresión de nuestra psique.
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Sin embargo, gran parte de la música que escuchamos es muy triste y melancólica, y se pensaría que suele abonar a estados anímicos tristes.
Aunque esto parezca una contradicción no lo es y todo tiene que ver con la historia de la música.
La “triste” historia de la música…
Lo que ha moldeado las definiciones anímicas sobre la música (es decir, si una melodía o ritmo nos pone tristes o felices) es la cultura, y no tanto las reglas que rigen al mundo de la composición musical.
Por ejemplo, el klezmer, un género de música tradicional judía es muy festiva y alegre pese a estar escrita en tonos menores, mismos que normalmente asociamos a la oscuridad, la pérdida, la muerte o el duelo.
Ejemplos como este hay muchos en otras culturas, y también de lo contrario: música en escala mayor que sirve, por ejemplo, para ritos funerarios en lugar de para fiestas.
De hecho, en Occidente la mayoría de la música está escrita en escala mayor, asociada a la luminosidad, la vida y la victoria; no obstante, muchas de esas melodías son tristes.
Nos causan sentimientos relacionados a la tristeza debido a su carga cultural, a su simbolismo y su significado.
Por esta razón escuchamos canciones tristes para sentirnos mejor
He ahí por qué una melodía que nos parece muy triste puede seguir siendo curativa para nosotros, pues la carga cultural no le resta poder a las bondades curativas de las ondas sonoras en el cerebro.
Y quizá ahí se encuentre la razón principal que explique por qué recurrimos a la música triste para curar las heridas.
De acuerdo con esto, un estudio realizado en la Universidad de Limerick en Irlanda.
Comprobó que quienes acuden a escuchar música triste en momentos tristes lo hacen, por nostalgia y por deseo de “reconectar”.
Quieren sentir un común denominador de humanidad porque la música nos hace más empáticos.
También porque, según los encuestados, las canciones tristes les han ayudado a expresar sus sentimientos y encontrar alivio.
Incluso, hubo participantes que vieron a la música triste como un amigo, como si empatizara con su sufrimiento.
Otras funciones identificadas fueron la mejora del estado de ánimo, la recuperación de recuerdos y ser más sociables, que tienen que ver con sentirse más cerca de los seres queridos.
Las canciones tristes nos brindan apoyo…
La música triste también actuó como una distractor. En este caso, los participantes describieron cómo la música triste les permitió escapar del silencio.
La música alegre era impensable, pero una melodía triste rompió el silencio y creó una distancia de las propias emociones negativas.
Si eres de los que escucha música triste en momentos difíciles, ya sabes que existen razones emocionales, psicológicas, neuronales y sin duda culturales detrás de dicho comportamiento.
Así como también hay razones que obedecen a la composición musical.
Sabemos que la música triste es subjetiva y que cada persona tiene su playlist favorito, por esto te invitamos a qué nos digas cuál es la canción triste que te sube el ánimo.
Mientras tanto, te dejamos algunas canciones tristes que te pueden ayudar a sentirte mejor…
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