Para ser un verdadero caballero, sí por supuesto, debes diferenciar entre un blazer y un sport coat, pero más allá de la imagen que es importante, hay cualidades de nuestra personalidad que hablan por nosotros y por supuesto, son igual de importantes.
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Estos son los pasos en los que te podrás dar cuenta si eres un caballero de forma genuina o necesitas prestar más atención en ciertos aspectos de ti mismo pues un auténtico caballero:
1. No se queja.
Un caballero no se queja por nimiedades, sabe afrontarlas y darle la vuelta a la situación para aprovecharlas o sacar partido, al no quejarse evita exponer sus debilidades, no porque no las tenga, sino que las ve como áreas de aprendizaje.
Si hay algo en lo cual no esté de acuerdo, procura…
2. Negociar.
Un caballero encuentra la manera de mediar la situación, por un lado, cuidará sus intereses pero por otro sabe que no es conveniente mantener en descontento a otras personas.
3. No entra en pánico.
Generalmente, son personas que dominan sus emociones así que enfrentan las situaciones adversas con una mentalidad fría con la que evitan caer en pánico y actuar visceralmente en consecuencia de él.
4. Acepta sus miedos y conoce sus limitaciones.
Sí, no se vienen a menos con aceptar sus miedos o las circunstancias que los ponen a prueba, confían en sí mismos para ver el panorama y decidir por dónde ellos podrían cruzar para tener éxito de acuerdo a sus puntos débiles, una actitud mucho más inteligente, por cierto.
5. No echa culpas ni evade responsabilidades.
Este es el tipo de hombre que aceptará sus errores y no andará inventado excusas o buscando culpables de sus males, su fortaleza mental empieza con aceptar sus errores y no ponerles peso en la espalda a otras personas que ni la deben ni la temen.
6. Dice lo que piensa… con tacto.
Abrirá la boca cuando tenga que hacerlo, y lo hará con diplomacia. Medirá sus palabras pero sí dirá lo que siente.
7. No se cree merecedor de nada.
Aunque agradece lo que le llegue, un caballero no se sienta a esperar que le llegue lo que se merece, no se cansa de mostrar disposición y de concretar procesos para disfrutar los resultados. No espera que las cosas simplemente pasen, hace que pasen.
8. Vive cada día al máximo.
Le queda claro que cada día es una oportunidad de 24 horas para estar activo y hacer cosas, por lo que se siente satisfecho de exprimir cada minuto del día haciendo cosas productivas.
9. Valora las relaciones sociales.
Un auténtico caballero no vive para trabajar, conoce el valor de un buen trago con un buen amigo o un fin de semana con su pareja en su casa de descanso. Procura a las personas que estima y sabe darles su lugar en su vida.
10. No se pone de alfombra.
Es amable, sencillo y humilde, sin ponerse de tapete para complacer a los demás, sobre todo cuando se trata de cuestiones laborales.
11. Considera a sus subordinados.
Emplea sus dotes de liderazgo para concebir las necesidad de las personas que tiene a su cargo, las ve igual de importantes que los que están en las oficinas más grandes. Un verdadero caballero dará los buenos días al jardinero y al presidente de la compañía.
12. No busca intimidar.
Un caballero no se levanta en un tabique para ver a los demás por debajo de él, sabe perfectamente estar al mismo nivel y deja que su inteligencia, carisma y educación, sean los que hagan la diferencia. Generalmente quien intimida lo hace para cubrir sus inseguridades o evidenciar su exceso de confianza, 2 aspectos que un verdadero caballero no presenta.
13. Habla para aportar.
Su discurso es útil y constructivo, cuando considera que lo que podría decir no ayudará a la situación, utiliza el valioso silencio. No hablará por hablar.
14. No critica sin decir algo positivo.
A todos se les hace fácil ver los errores de los demás, sin embargo, un caballero sabe que siempre hay algo rescatable.
15. No se rinde.
Un verdadero caballero persigue sus objetivos hasta conseguirlos, rendirse jamás será una opción.
Deja de ser un hombre con una visión común, un caballero auténtico es una de las mejores compañías no sólo en las cuestiones de pareja, en las oportunidades laborales, también importa.
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