En una ocasión pasada te platicamos del autocuidado, ahora, queremos llevar parte de eso a tu día a día, ¿cómo? Creando una rutina de autocuidado.
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El autocuidado es considerado por la OMS como «la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica».
Aterricemos esto, el autocuidado es no necesitar a un médico para asumir nuestra responsabilidad de cuidarnos físca, mental, emocional y sexualmente.
Entendiéndonos como individuos que formarmos una familia y una sociedad.
Entonces, cómo podemos llevar esto a nuestra realidad, a esa cotidianidad a la que nos enfrentamos día a día.
Rutina de autocuidado
Lo que nosotros queremos es que puedas armar tu propia rutina de autocuidado, es decir, diseña y cumple las actividades que te procurarán el corazón y mantendrán sana tu mente y tu cuerpo.
1. Escoge los actos a seguir.
Pueden ser 3, 5 o 7, pero lo importante es que el número que elijas te comprometas a cumplirlos diario.
Sí, quizá con una excepción de vez en cuando, pero deberás cumplirlos con religiosidad.
Serán las 3 actividades o actos que cumplirás a diario para tu autocuidado.
2. Distribúyelos en tus tiempos con el objetivo de poder cumplirlos.
Supongamos que eliges 5 actos de autocuidado diario, elige si serán 2 por la mañana, 2 por la tarde y 1 por la noche o 4 por la mañana y una por la noche.
Lo importante es que así como te pienses organizar, ejecutes tu planeación para cumplirlo.
3. Escoge las actividades a cumplir.
Piensa qué es lo que puedes hacer por ti para cumplir con el autocuidado, ejercicio, meditación, evitar el estrés, acostarte más temprano, comer a tus horas, caminar 10 minutos al día, cenar saludable…
Quizá puedan ser actos como, escoger por la noche la ropa que te vas a poner al día siguiente, masticar más despacio, observar tus genitales, dejar preparada la comida que te llevas al trabajo, relajarte mientras ves una serie, desconectar tu teléfono del internet durante 30 minutos antes de dormir…
Es decir, imagina cuáles serán esos actos que te darán paz y satisfacción.
4. Levántate mañana y hazlo.
Ese es el paso más importante, ya que tengas elaborado tu plan de autocuidado, es momento de realizarlo.
No esperes que llegue el día «ideal», que haga menos frío o más calor.
Te ponemos un ejemplo:
-Levantarme con el primer sonido de la alarma
De esta manera no se me hace tarde y evito el estrés, esto significa mayor calidad de vida.
-Hago ejercicio
Así sean 20 minutos o 40, estoy haciendo ejercicio por salud, no por apariencia.
-Como sano
Y esto significa comer equilibrado y no tomar bebidas azucaradas, como refrescos o jugos.
-Me olvido del celular una hora
Lo dejo conectado al wifi, pero lo pongo en silencio y me deslindó de todo, llamadas, mensajes y redes sociales.
Durante esa hora me pongo a leer, ¡lo disfruto mucho!
-Me doy tiempo para hacerme algo rico de cenar
Después de un día movido, la cena es uno de los momentos que más disfruto, así que me esmero en consentirme con algo rico y sano.
Durante la cena veo un capítulo de una serie o la mitad de una película, me mentalizo que será algo breve para poder dormir temprano.
Empieza a hacerlo y no dejes de cumplirte. Haz la rutina de autocuidado por ti.
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