Se acerca el fin de semana y empezamos a filosofar acerca de dónde hemos tomado una buena copa de vino, entre los comentarios llegamos a una idea alegre y apantallante, un viaje espacial con una buena copa de tinto, espumoso o por qué no, un whiskey, de inmediato, pensamos en lo afortunados que podrían ser los astronautas al celebrar su llegada a la estación y brindar con una copa de champaña.
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¿Los astronautas pueden emborracharse?
Investigando al respecto, vemos que no son más afortunados, el alcohol no es algo que ellos puedan tener a la mano, ni para festejar la vista que tienen a través de la escotilla.
Según la BBC, hay pocas opciones acerca de lo que le pasa al cuerpo cuando ingiere alcohol estando en el espacio, sin embargo, la mayor premisa es que el consumo de cualquiera de estas deliciosas sustancias está prohibido debido a la responsabilidad que tiene cada uno de los tripulantes.
Aunque esto es un hecho y los astronautas no pueden llevar al espacio cualquier producto con alcohol como perfumes o enjuague bucal, no hay evidencia que confirme los rumores de que por estar en el espacio el alcohol puede causar mayor impacto en el organismo.
La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos realizó en 1985 un estudio para verificar si el alcohol consumido a una gran latitud causaba más efectos alcohólicos, se les pidió a 17 hombres ingerir vodka a nivel del suelo y a una altura de 3.7 kilómetros.
Los participantes debían realizar algunas tareas mentales de ejercicios matemáticos, entre otras pruebas. Los investigadores que participaron en el estudio encontraron que, «no había ningún efecto interactivo del alcohol y la altitud en las lecturas del alcoholímetro o las puntuaciones de rendimiento.»
Sin embargo, concluyeron que a pesar de no haber variantes significativas en las mediciones del alcoholímetro con con respeto a los niveles de altitud, sí hay efectos ligeros sobre el rendimiento mental, por lo que es mejor evitar su consumo pues «sirve para reducir aún más cualquier margen de seguridad que permanezca en las habilidades de rendimiento después de la ingestión de alcohol.»
Especialistas han dicho que la prioridad es mantener los cuerpos de los astronautas saludables, por lo que han descartado el consumo de alcohol como uno de los beneficios espaciales.
Por otro lado, Dave Hanson, profesor emérito de sociología en la Universidad Estatal de Nueva York en Potsdam, que ha realizado en más de 4 décadas varias investigaciones acerca del consumo de alcohol, asegura que si al ingerir alcohol, la persona no está bien presurizada, es decir, ambientada en condiciones normales de presión atmosférica, beber sí puede generar efectos más intensos, «si las personas no están adecuadamente presurizadas, también pueden sentirse intoxicadas», además, tampoco se salvarían de la cruda, (tendrían una cruda espacial).
Por ahora, sólo nos queda recordar lo que relata Buzz Aldrin, quien ha dicho en entrevistas y en su libro publicado, que bebió una pequeña cantidad de vino antes de que él y Neil Armstrong salieran del módulo de aterrizaje lunar en 1969, acto que no fue transmitido pues se llevó a cabo durante una pausa en la comunicación con la base.
Para irnos, te comentamos que por regla, los astronautas tienen estrictamente prohibido beber 12 horas antes de volar, ya que requieren plena presencia de la mente y la conciencia.
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