Si últimamente no tienes éxito en nada, te sientes mal contigo mismo o todo el tiempo estás fingiendo, es momento de ver que eres tu peor enemigo.
Porque las acciones que estás realizando no te benefician en nada y solo están provocando que te engañes, te metas el pie y solo destaques lo peor de ti.
Te recomendamos:
Señales de que no sabes aceptar tus equivocaciones
Así puedes sentirte más cómodo y seguro contigo mismo
En nuestro Facebook tenemos contenidos similares, visítanos.
Incluso, porque no estás viendo tus equivocaciones y solo te aferras a creer que eres el mejor, pero en realidad no tienes nada bueno que brindar.
Solo eres un hombre que busca aprobación y ganar de forma fácil, y esto causa que seas tu peor enemigo, porque no te estás ayudando, solo te estás llevando a un precipicio.
Por esto, es momento de detectar que tus acciones no son las mejores y que solo te están complicando la vida…
7 acciones con las que confirmas que eres tu peor enemigo
1. Todo el tiempo te justificas.
Eres tu peor enemigo, porque nunca estás enfrentando tus errores y menos corrigiéndolos, solo justificas tus acciones o das excusas para no aceptar las consecuencias de tus actos.
Y esto causa que los demás te vean como un hombre inmaduro y hasta mediocre, porque no tienes el valor de aceptar tus errores.
Por lo que prefieres mentir o buscar pretextos para salir bien librado de la situación, pero en realidad empeoras todo.
2. Desechas lo que te sirve.
Estás tan enfocado en tener la razón o en fingir que la tienes y que eres perfecto en todo lo que haces, que nunca consideras el apoyo que las personas te brindan.
Ni tampoco permites que gente que sabe más que tú te brinde una crítica constructiva, ya que, te molestas de inmediato y contradices todo.
No dejas que te ayuden y menos que señalen tus errores, por lo que prefieres ser visto como arrogante, porque te aterra que descubran tu falsedad.
3. Reprimes tus emociones.
Todo el tiempo te estás convenciendo de que estás bien, de que no te pasa nada o de que no hay nada de malo en ti.
Y esto último lo llevas a creer que debes ser perfecto en todo momento o que no puedes dejar que tus emociones “negativas” te controlen.
Pero estás cometiendo un terrible error, ya que, no eres capaz de estar cómodo contigo mismo y de expresarte de la forma adecuada para mejorar o para soltar lo que no te hace bien.
4. Nunca ves los errores.
Es decir, en todo momento evitas la autocrítica, ya que nunca cuestionas tus acciones, pensamientos o creencias.
No importa que no obtengas resultados favorables o que fracases constantemente, nunca analizas tus errores, solo sigues adelante.
Y lo peor de todo es que le echas la culpa a alguien más o lo pisoteas para poder seguir avanzando.
5. Idealizas.
Eres tu peor enemigo, porque nunca haces nada para mejorar ni tampoco pones a prueba tus habilidades y talentos.
Solo te idealizas y te vendes como el mejor, pero nunca lo pruebas. Incluso, crees ciegamente que la suerte, el destino o la vida te darán todo lo que deseas y que tú no necesitas mover un solo dedo, pero te equivocas.
Porque hasta ahora, esperar no te ha ayudado en nada, solo te ha perjudicado.
6. Haces lo mismo.
Sabes que algo no te hace bien y que tampoco te está ayudando, pero no lo sueltas ni tampoco lo modificas.
Sigues esperando resultados diferentes al hacer lo mismo de siempre, y esto te ha llevado a fracasar constantemente.
7. Tú no eres el problema.
Te has convertido en tu peor enemigo, porque todo el tiempo aseguras que tu fracaso o falta de talento, no es culpa tuya, sino de los demás.
Ya que, crees que los demás deben darte todo en bandeja de plata o brindarte las herramientas necesarias para tener éxito, pero te equivocas. Porque si tú no confías en ti, nadie más lo hará.
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.