Si entre tus planes está recuperar tu peso ideal, pero la ansiedad está dificultando mantenerte en forma, debes cuidar tu salud mental a la par de la física.
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Te compartimos un método de 3 pasos para que puedas identificar la ansiedad, superarla y conseguir la talla que buscas.
Desde ya te decimos que no es nada complicado, al contrario, las tentaciones serán fuertes los primeros días, pero luego con mucha disciplina y compromiso con tus metas, ¡lo conseguirás!
Entonces, si estás firme con tus objetivos, enfrenta la ansiedad y no arruines tu propósito:
1. Identificar el hambre física del hambre emocional.
El hambre física es la que satisfacemos con nuestras 3-5 comidas diarias y que le proporciona a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita para funcionar.
Tenemos que ser conscientes de que no podemos renunciar a ellas, porque eso implicaría poner en riesgo nuestra salud y, por lo tanto, la capacidad para cumplir nuestras responsabilidades diarias.
Lo ideal es hacerlas en porciones adecuadas, con un menú balanceado, y sobre todo ¡nunca saltarse ninguna!, pues el organismo comienza a ahorrar energía y calorías, y eso trabaja en contra de nuestro propósito de reducir las tallas.
Ahora bien, el hambre emocional es aquella motivada por situaciones estresantes o emocionales, y que nos lleva a refugiarnos en los alimentos para encontrar un placer momentáneo que nos haga olvidar la presión.
Lo ideal es reconocerlo y , si no lo podemos evitar en principio, lo ideal es hacer elecciones inteligentes, por ejemplo, sustituir el chocolate por una fruta, o incluso un té que será mucho más beneficioso para encontrar el equilibrio mental que necesitas.
2. Aceptar la etapa de la vida por la que pasas
Es decir, conocerte y disfrutar la etapa de vida por la que estás pasando, con sus pros y contras.
Si bien con el paso de los años nuestra piel es más delicada y necesita más cuidados, o incluso nuestro metabolismo es muchísimo más lento; también es cierto que enfrentamos las dificultades con mayor madurez y tenemos una visión más amplia de la vida.
Por eso, sé consciente de que la edad que tenemos también es una gran ventaja, y sobre todo que nuestra realidad y la aceptación de nuestra imagen depende en gran medida de lo que pensamos y nos decimos a nosotras mismos, el famoso diálogo interno.
3. Ampliar tu mundo de placer
Si el placer sólo proviene de una sola fuente, como puede ser el trabajo, es muy probable que recurras a la comida para encontrar esa satisfacción que no tienes en otras cosas.
Recuerda que la vida es un equilibrio, y que tu bienestar emocional y físico depende de que tus necesidades están satisfechas de la manera adecuada, ¡sin evasiones!
Lo ideal es aprender a disfrutar también de la familia y los amigos, y además del trabajo tener otras maneras de satisfacción personal.
Finalmente, recuerda que ser delgado no puede ser la meta ni el propósito, sino estar saludable y sentirte bien con la imagen que tienes de ti mismo.
La felicidad no depende del peso, sino de la actitud, nuestra forma de pensar y también de lo que dejamos que tenga importancia en nuestra vida.
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