Virgilio Martínez es considerado el chef latinoamericano del momento, y su restaurante Central (en Lima) se ha convertido un atractivo imperdible en Perú.
Y es que, a sus 37 años, está demostrando que es un cocinero diferente, y que más allá de satisfacer paladares, busca que sus comensales vivan una experiencia única.
Una muestra de esto es su Restaurante «Central», ubicado en Miraflores, y que este año acaba de ser elegido por la revista británica «Restaurant» como el 4to mejor del mundo, sólo siendo superado por uno estadounidense (Eleven Madison Square) y dos europeos (El Celler de Can Roca/España y Osteria Francescana/ Italia).
Además, la cocina de este peruano destaca por ofrecer una propuesta culinaria muy original, en la que el protagonismo lo tienen los alimentos autóctonos peruanos, que permanecían sin ser aprovechados (según el propio Virgilio) por los chefs de su generación.
Alimentos que son cultivados por comunidades andinas y amazónicas, luego re-descubiertos por Virgilio y usados para obtener sabores distintivos en el «Central».
Así, el menú del restaurante limeño no se parece a ninguno del mundo. Primero porque hay muchísimos ingredientes extraños o desconocidos, como cushuro, sangre de airampo, leche de cabra, kañiwa, yuyo de pampa y pétalos de retama; y segundo, porque junto al nombre de cada platillo también hay una referencia de altura.
Por su puesto, esto no fue una decisión al azar, sino que fue inspirada en las tradiciones amazónicas. Según Virgilio, muchos de los alimentos «raros» cultivados en los andes peruanos están fuertemente vinculado a variables de la naturaleza, como la altura, por lo que ese dato lo inspiró para crear el sello particular de su cocina.
Algo de lo que no tenemos dudas, sobre todo si conocemos su nuevo proyecto. Se trata de «Mil», un restaurante que planea inaugurar en una de las regiones más altas de Perú, cerca de los jardines colgantes de Moray, en Cuzco, a una altitud de 11,500 pies.
Cerca de allí tiene pensado crear un laboratorio de alimentos, con el cual pueda abastecerse con ingredientes y experimentar con la obtención de nuevos sabores.
«Son 45 minutos en coche a las montañas, y eso es después de haber tomado un vuelo de una hora de Lima a Cuzco», explica Virgilio sobre la ubicación del proyecto.
«Mil» está siendo diseñado para recibir a 60 personas, con asientos al interior y al aire libre, y ofrecer -además de ingredientes ancestrales- técnicas de preparación antiguas que prometen aportar originalidad a su propuesta culinaria.
¿Te animarías a reservar?
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