Así como nos obsesionan los súperalimentos nos debería obsesionar las súperbebidas.
Usada durante siglos en la medicina ayurveda, la golden milk (leche dorada) es la combinación perfecta de cúrcuma con leche de coco. En algunos lugares le agregan un poco de aceite de coco y pimienta negra en pequeñas cantidades para aumentar la habilidad de tu cuerpo para absorber los beneficios del cúrcuma.
Cremosa, relajante y especiada, esta deliciosa bebida es una de las mejores cosas que puedes tomar y los Health Coaches de todo el mundo están empezando a obsesionarse con sus bondades (y su sabor).
Rica en electrolitos y con propiedades digestivas, tu cuerpo estará encantado de que la incluyas en tu rutina.
Beneficios del cúrcuma
Considerado una súpercondimento, la cúrcuma es antiinflamatoria, terapéutica y digestiva, además de ayudarte a perder peso. Tiene propiedades antidepresivas y antiestrés y ha demostrado que mejora la salud cerebral, relacionándola con la prevención del Alzheimer e incluso de algunos tipos de cáncer.
Beneficios de la leche de coco
Además de ayudarte a mejorar tu digestión, la leche de coco es un electrolito natural con grasas sanas que nutren tu flora intestinal. También reduce la inflamación y ayuda a la quema de calorías así como a la construcción de músculo.
Se entiende perfecto qué se obtiene si unes estos 2 ingredientes, ¿cierto? Una súperbebida, en todos sentidos.
Ahora, si le agregas pimienta negra aumentas la posibilidad de absorción de la cúrcuma en un 2000%. Siempre le pondremos pimienta.
Aquí te dejamos la receta:
Primero debes preparar una pasta con 1/4 de taza de cúrcuma en polvo, 1 taza de agua, 1 1/2 cucharaditas de pimienta negra molida y, si tienes y quieres hacerlo ligeramente más dulce, agrega 5 cucharadas de aceite de coco virgen.
Hierve el agua y agrega las especies y el aceite y mezcla hasta que se forme una pasta. Guárdala en un frasco o jarra en el refrigerador.
Para la leche:
En una taza de leche de coco mezcla 1/2 cucharada de la pasta de cúrcuma y puedes agregar 1 cucharada de miel o un chorrito de vainilla para darle un sabor distinto (aunque nosotros te recomendamos probarla sola la primera vez).
Coloca todos los ingredientes en una cacerola y calienta mientras revuelves, sin que hierva. Puedes tomarla tibia o dejarla enfriar y usarla como licuado después del gimnasio.
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