En algún momento todos hemos sentido celos, ya sea porque no nos agrada cierto amigo de nuestra pareja o porque sabemos que algo no está del todo bien en nuestra relación. Es decir, hay varios tipos de celos, algunos son sanos y otros afectan el amor.
Es completamente normal sentir celos, es un instinto natural con el que nos enfrentamos no solo en lo sentimental, incluso existen en el ámbito profesional, familiar o en la amistad.
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Aunque no lo creas, no todos los tipos de celos son malos, hay algunos que son necesarios para el crecimiento de la pareja y otros que son una prueba de amor.
Los celos se llegan a presentar por el miedo, la angustia y el temor de perder a una persona con la que se han vivido momentos increíbles y se ama.
El cerebro al detectar una amenaza entra en estado de “celos”, el cual hace querer poseer a una persona, te hace creer que es solo tuya y que debes protegerla.
Sin embargo, debemos entender que ninguna persona es de nuestra propiedad, pero sí podemos defender el amor que sentimos por ella.
Los tipos de celos que pueden ayudar o complicar tu relación
1. Celos retroactivos.
Este tipo de celos es muy común en algún punto de la relación, ya que aparece debido a los antiguos amores de la persona con la que te encuentras en esos momentos.
Si bien no son celos tan graves, existe la posibilidad de que se vuelvan tormentosos si la persona se la pasa preguntándole a su pareja sobre su pasado, las cosas que hacía y con quién.
La inseguridad y la baja autoestima son las principales razones por las que la pareja pasa por estos momentos.
Es muy importante trabajar en ello para soltar de una vez por todas el pasado y empezar a enfocarse en construir un futuro juntos.
2. Celos preventivos.
En esta situación, la relación se vuelve complicada porque una de las dos partes desea controlar a su pareja, es decir, quiere prevenir lo que pudiera suceder.
En estos celos, empieza una etapa de prohibición masiva, donde casi casi se le tiene que pedir permiso a la pareja para poder salir o hacer cualquier cosa.
Definitivamente estos no son de los celos que vale la pena tener en casa, así que, si tu pareja tiene este tipo de celos, ten mucho cuidado y haz algo al respecto antes de que sea demasiado tarde.
Prever y dar su punto de opinión es válido, pero hasta ahí, nadie debe decirte qué hacer o no con tu vida.
3. Celos reactivos.
Un caso muy diferente al anterior son los celos reactivos, los cuales se hacen presentes cuando en la relación uno es infiel, pero deciden trabajar en ello para continuar juntos.
Desde ese momento, empieza a surgir el miedo y la inseguridad de: “¿y si lo vuelve a hacer?”.
Estos celos también aparecen cuando una de las partes no está comprometida a dar el cien por ciento en la relación.
La parte comprometida empieza a imaginar un sin fin de posibilidades que llegan a una sola situación, la infidelidad.
Este problema se puede controlar por medio de la confianza y la comunicación que deben mantener las parejas para aclarar cualquier situación al momento.
4. Celos exagerados.
El futuro es el problema y las cosas que pueden suceder en torno a él. En este caso no ha existido infidelidad alguna ni nada por el estilo.
Es más un problema de inseguridad que presenta la persona que siente celos.
Dentro de su mente empieza a imaginar y crear escenas de celos donde su pareja le es infiel. Ven cosas que no existen e imaginan que todo terminará por una traición.
Lo mejor es hablar con tu pareja y siempre ser sinceros, si algo te gusta o desagrada decirlo en el momento. Así evitarán malentendidos y celos infundados.
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