Seamos honestos, los relojes son uno de los accesorios que más nos gustan. Y a pesar de poder ver la hora en la pantalla de tu teléfono, no pierden protagonismo. Al contrario… siguen siendo objetos de deseo imprescindibles.
Un buen reloj que marche junto al puño de la camisa nos da una gran satisfacción. Sin embargo, los relojes de bolsillo están asumiendo el reto de volver a ser referencia de lujo y elegancia.
Hace 7 años, Richard Mille lanzó su propia visión de reloj de bolsillo moderno, una cosa que aún no se nos olvida: elegante, masculino, deportivo, cuadrado y lo bastante auténtico como para sacarlo junto a tus amigos y consultar la hora.
Eso ha inspirado a otras marcas a plasmar su propia personalidad en un reloj de bolsillo, como Bell & Ross, que hizo lo propio basándose en el reloj del abuelo de Carlos Rosillo, CEO y co-fundador de la marca. El lanzamiento fue tan oportuno que la primera serie de 300 piezas se vendió como pan caliente, ganándose un lugar en la producción regular.
Bovet, tiene una exclusiva producción anual de 3 mil relojes de bolsillo y sus diseños mantienen el estilo y vanguardia de los relojes de pulsera pero con una cadena que realza su perfección.
Hermès, también ha incursionado en el mercado con relojes de bolsillo que son el sueño de más de uno, dándole a sus medidores de tiempo una apariencia artística, encontrando superficies donde reproducir antiguos y populares diseños de su marca.
Ya que mencionamos el estilo artístico que puede hacer de un reloj una obra de arte, debemos mencionar a Susanne Rohr y las réplicas de arte en miniatura que representa en los relojes de bolsillo de Patek Philippe, que incluso este año vendió uno con un Renoir en la parte posterior por 353 mil dólares, casi el doble del precio estimado en 1985.
Así que si ya tienes alguno de estos relojes en tu colección, no esperes a verlo en otra persona para usarlo, sé auténtico y ve el tiempo de una forma diferente.
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