¿Has escuchado acerca del Síndrome del esqueísmo? Es un mal que te impide avanzar, quizá lo padeces y no te has dado cuenta, toma nota.
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El síndrome del esqueísmo
Quizá te has encontrado con personas que dicen «es que me queda muy lejos», «es que pagan poco», «es que es muy arriesgado», «es que mi compañero de trabajo no lo hace», «es que mi socio no lo dijo», «es que mi jefe faltó».
Muchas de estas frases, según su contexto, son mas EXCUSAS que realidades y es justo ahí donde surge el síndrome del esqueísmo, en el limitarte y quedarte conforme en tu situación porque encuentras un «es que…», para justificar tu actuar o tu pasividad.
¿Comprendes el punto?
Con el «es que», encuentras una excusa y te justificas en tu actuar.
Ojo, no estamos diciendo que sea una situación confortable, sino que, a final del día, es una limitación para tu propio crecimiento.
Disonancia cognitiva
Con el síndrome del esqueísmo suele suceder una disonancia cognitiva, que es una contradicción que ocurre en tu interior cuando no hay congruencia entre lo que sabes, lo que sientes, lo que crees, lo que esperas, quieres, imaginas o conoces.
Por ejemplo, «necesito hacer ejercicio temprano pero no quiero levantarme de la cama por las mañanas».
Para poder trabajar en este síndrome puedes empezar por algo muy sencillo.
Cuando esta frase llegue a tu mente o salga de tu boca, corrígelo en el momento, frena tu pensamiento limitante y corrígelo en ese mismo momento, le ayudarás a tu cerebro a corregir cuando identificas desde el lenguaje o pensamiento tu excusa.
Una vez que lo trabajas en la teoría (desde tu mente o expresión), será más fácil que en la práctica vayas dejando de caer en este síndrome.
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