Cada día realizamos acciones que podrían provocar que los demás nos consideren una buena persona o que nos hagan ver como alguien que no tiene tan buenas intenciones.
Es importante saber que para ser felices en la vida e incluso exitosos, debemos hacer el bien, no solo para ser alabados, sino porque esto nos dará más dichas en todos los aspectos.
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Una buena persona no es aquella que hace grandes donaciones para obtener reconocimientos o que hace favores para después cobrarlos. Tampoco aquellos que brillan apagando a los demás.
Al contrario, transmiten una agradable energía positiva en todo momento, comparten todo lo que tienen y siempre desean lo mejor para las personas que lo rodean.
Los 3 rasgos que te convierten en una buena persona (según la ciencia)
Un grupo de psicólogos de las universidades de Pensilvania y Hawái se preguntaron si podía existir una tríada luminosa que diferencia a las personas buenas.
Sometieron a 1518 personas a diferentes pruebas de personalidad, además de evaluar otros aspectos como la satisfacción con la vida y los resultados alcanzados.
Descubrieron que existen tres rasgos que sobresalen y caracterizan a las buenas personas:
1. Humanismo.
Implica comprender que cada persona es valiosa por sí misma, que tiene algo que aportar en su unicidad, y tratarla con la dignidad que merece, sin menospreciarla.
2. Kantismo.
Implica relacionarse con las personas de manera auténtica, por el placer que se obtiene de la propia relación, no usarlas como medios para alcanzar un objetivo personal.
3. Fe en la humanidad.
Implica creer en la bondad humana, creer que todos (incluidos nosotros mismos) tienen algo bueno y, que tenemos el poder de cambiar y crecer.
Lo positivo y negativo de ser una buena persona:
La tríada luminosa fue más común en las mujeres, son personas con un elevado nivel de espiritualidad y que habían tenido una infancia feliz.
Los psicólogos descubrieron que estas personas también eran más conscientes, autónomas y competentes.
Otros rasgos que acompañan a la tríada luminosa son: la compasión, la empatía, la amabilidad y la apertura a las nuevas experiencias.
Las buenas personas mostraron una mayor satisfacción con su vida, tenían un ego más calmado, lo cual significa que no necesitaban buscar continuamente la aprobación externa, habían desarrollado un apego seguro y experimentaban más gratitud hacia la vida.
¡No todo es color de rosa!
Las buenas personas también suelen experimentar más culpa, pueden pensar que no merecen esa felicidad o los éxitos alcanzados.
También suelen padecer lo que los investigadores calificaron como “responsabilidad omnipotente”, que implica preocuparse mucho por las personas que quieren, aunque aparentemente estén bien.
La tríada ligera también se relacionó con una mayor “bondad amorosa”, que en algunos casos puede hacer que esas personas sean más vulnerables a la manipulación.
Y a la explotación por parte de los demás ya que tienden a excusar sus comportamientos.
Estos psicólogos constataron que todos tenemos un lado oscuro y otro luminoso.
Aunque afirman que una persona promedio está ligeramente más inclinada hacia la tríada luminosa en sus pensamientos, comportamientos y emociones cotidianas.
Si quieres saber qué tan buena persona eres, puedes realizar la prueba que te dirá toda la verdad.
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