Muchas personas, tiene un deseo o una meta fija, algo que los motiva a seguir adelante o que quieren lograr a toda costa, pero no pueden.
Pareciera que el destino, la vida o alguien les impidiera obtener todo aquello que siempre han querido.
Sin embargo, cuando alguien no obtiene lo que desea, no es por una fuerza sobrenatural, sino por las malas decisiones que constantemente toma.
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Si no puedes cumplir tu deseo máximo o algo siempre sucede algo que te impide lograrlo, es tu culpa y de nadie más.
Estás cometiendo acciones que limitan tu potencial y que no permiten destacar todo el talento que posees.
Por esto, es importante que dejes de ser tu peor enemigo y que comiences a enfocarte en lo que es verdaderamente importante:
Por qué no obtengo lo que deseo
1. Te enfocas en lo que no quieres.
Es decir, pasas la mayor parte de tu tiempo en no fracasar, en no defraudar a los demás y en no quedarte a mitad del camino.
Sin embargo, no haces nada por lo que sí quieres en tu vida.
Simplemente la llenas de lo que no quieres, el problema es que solo atraes la negatividad y no te enfocas en trabajar por cumplir tu deseo.
Solo ves el lado “malo”, y estás perdiendo no solo tiempo, también esfuerzo y energía.
2. No cambias.
Nadie ha logrado el éxito quedándose en su zona de confort.
Por más que te aferres o sueñes con llegar a tus metas, no podrás llegar a ellas si te quedas a esperar y no haces nada al respecto.
Incluso, si en este momento no estás viendo los resultados que deseas, es porque no has hecho un cambio al respecto.
No esperes tener resultados diferentes, haciendo las mismas actividades de siempre.
Tu zona de confort te debe dar calidez e impulso, necesitas tomar inspiración para seguir adelante, pero quedarte ahí no te servirá de nada.
3. Te enfocas en el resultado.
Sí, quieres que tu deseo se haga una realidad, pero no lograrás nada con solo enfocarte en el final, cuando no has trabajado en construirlo.
Es decir, los sueños y los deseos, no se cumplen, se trabajan.
Redirige tu atención al ahora cada vez que te encuentres preocupado o contemplando demasiado tu futuro.
Está bien tener metas y sueños para el mañana, pero cuando se vive solo para el futuro, se sacrifica el único tiempo que realmente tenemos, que es el presente.
Incluso, al enfocar en el hoy, podrás corregir los errores, estar conscientes de los cambios que necesitas o de aquello que te falta para lograr todo lo que deseas.
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