Sabemos que a veces la vida no nos da para todo lo que deseamos, las responsabilidades y ocupaciones son apabullantes, sobre todo cuando se trata de hacer maestría en logros-expectativas.
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Así, vamos por la vida inmiscuidos en nuestras rutinas e incluso, esclavizados con nuestra agenda y sus notificaciones y, cuando algo inesperado se presenta o cuando algo se sale del renglón para tratar de romper nuestros esquemas tenemos… ¡excusas! Sí, excusas para no hacerlo.
Bueno, eso sólo le pasa a los hombres inmaduros que no saben organizarse (¡ajá!), por ello, queremos decirte las excusas que suelen pasarle sólo a aquellos a los que les gana todo menos las ganas.
1. «No tengo tiempo».
(Inserte risas aquí) Quien no ha aplicado esta excusa que tire la primera piedra, es una de las excusas más típicas desde el inicio de los tiempo modernos porque dudo que antes el homo erectus dijera que no tenía tiempo para afilar su navaja.
La realidad que es que las prioridades no sólo han venido a repartir la inversión de tiempo de forma adecuada, también ayudan a justificar nuestra limitada organización, sobre todo cuando nos estamos llenando de compromisos y no de ganas.
2. «Aún tengo tiempo».
La parte contraria de la excusa anterior, la típica excusa para dejar todo para después y no tomar una decisión inmediata.
3. «Aún no he tomado una decisión».
Cuando sabes que ya tienes el tiempo encima pero tienes que seguir meditando al respecto para poder llegar a la decisión más acertada.
4. «Yo no fui».
Cuando sí fuiste o estuviste a punto de ser pero no quieres aceptarlo.
5. «No me corresponde».
Esta es una excusa que te está esperando en el lavabo para lavarte las manos de las situaciones que según tú, no te corresponden aunque sabes que sí o que mínimo podrías aportar algo.
6. «Hoy no pero mañana sí».
Es como cuando no vas al gym el lunes por hacer San Lunes pero dices que irás el martes sin falta pero en realidad sabes que sólo irás de miércoles a viernes.
7. «No estaba enterado».
Quizá no te enteraste de la forma en la que te vieras comprometido al 100, sin embargo, ante la escasa formalidad de enterarte te das por no enterado y sabes que esa será la línea a tu defensa.
No, no hemos querido espiarte, pero sí deseamos aconsejarte en que dejes de hacerlo.
Si notas que para todo tienes una excusa es momento de que abandones el hábito pues aunque no lo creas puede volverse una respuesta automática de tu parte ante cualquier situación, lo que hará que te vayas haciendo menos capaz de exigirte y más hábil para encontrar «motivos» para no hacer las cosas.
Si tienes algo inconcluso, una llamada, responder un mail, una tesis, un negocio… Es momento de trabajar para darle fin. Recuerda el proverbio árabe: «Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusa».
Está bien NO PODER, pues es real, no siempre se puede, lo que está mal es no hacer el intento o poner excusas desde el principio cuando ya sabemos que no haremos algo.
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