Sí, son tiempos complicados, sin embargo, poco a poco te has convertido en un hombre maduro, más inteligente y valioso.
¡Ojo!, no queremos decir que antes no lo fueras, sino que no habías aprendido a ver todo el potencial que poseías.
Te aferrabas a impresionar y te dejabas a un lado, pero hoy eres más maduro y entiendes que tu prioridad número uno, eres tú.
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Tal vez, no te sientes el hombre más feliz del mundo, pero te sientes dichoso, pleno y entusiasmado por lo que viene.
Has aprendido a soltar lo que no te sirve y a dejar de aferrarte a lo que no vale la pena. Porque tienes muy claro que mereces más y que necesitas trabajar para obtenerlo.
Si quieres ser un hombre maduro o darte cuenta de que estás en el mejor momento de tu vida, estas son las cosas que te lo confirmarán:
7 señales de que estás madurando y logrando todas tus metas
1. No piensas solo en ti.
Sí, tú eres tu prioridad número uno y en todo momento te cuidas y te das tu lugar. Sin embargo, ya no quieres ser más que los demás o humillar a otros.
Sabes que ser egoísta y manipulador no te llevará a ningún lado. Has aprendido a ser más empático y a entender que no se trata de ser el mejor, sino de sentirte bien contigo mismo.
2. Valoras lo que tienes, cuando lo tienes.
Tienes muy claro que nada es eterno, las cosas se transforman, avanzan o dejan de estar. No das nada por hecho y tampoco te aferras a ello.
Sabes que las cosas se transforman y llegan a ti para enseñarte algo, incluso sabes que se van para que aprendas una lección importante.
3. Escuchas a tu mente y cuerpo.
Has aprendido que vivir de apariencias, solo causa que tu salud física y mental se vea afectada.
Por esto, ahora escuchas no solo lo que tu cuerpo quiere también has trabajado en tu salud emocional.
Tienes un profundo autoconocimiento y tienes muy claro el propósito para cuidar de ti.
4. Vives con alegría.
Los días malos siempre llegan, quieras o no, serán una constante en tu vida, y aunque te permites vivir tus emociones, también te das el tiempo para aprender de ellos y encontrar la paz.
Los ves de la manera más positiva posible y reacciones con amor y no con odio. Tratas de dejar la ira y el enojo fuera de tus problemas, porque tienes claro que no son de mucha ayuda.
Ahora respiras, reflexionas y sueltas lo que no te hace bien.
5. Cada día es memorable.
Has dejado de tomarte la vida como un lujo o como una experiencia caótica, porque sabes que tener miedo de vivir no te ayudará a vivir mejor.
Por esto, eres un hombre maduro que piensa en su futuro y toma decisiones cuidando lo que pasará mañana, pero que también se permite vivir el ahora.
Para ti, cada día es memorable e irrepetible, lo vives con emoción y aventura.
Incluso, no importa si solo estás en cama o no quieres hacer nada, ese día cuenta mucho, porque te permitiste un descanso y estar bien contigo mismo.
6. Eres responsable de tus errores.
Te costó, pero por fin has entendido que el único responsable o culpable de tu bienestar y decisiones, eres tú mismo.
Sabes resolver tus problemas y enfrentar los errores sin tener que culpar a alguien más.
La vida, tus amigos, familiares, trabajo o pareja han dejado de sentirse atacados por tus decisiones, porque ahora haces lo mejor para ti y eso se refleja en la calidad de tus relaciones.
7. No buscas aprobación.
Ya no sientes la necesitas de cubrir las expectativas de los demás ni tampoco a renunciar a tu vida por complacer a otras personas.
No buscas aprobación, sino felicidad, amor propio y personas que si te valoren por lo que eres y no por lo que tienes.
Eres un hombre maduro, porque has aprendido a soltar las ideas que todos esperaban de ti y has comenzado a forjar tu propio camino.
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