La habilidad de regular las emociones y mantener la calma bajo presión parece una gran hazaña.
Sin embargo, de acuerdo con un estudio realizado por TalentSmart, se trata de estar en dominio de uno mismo para entonces estar en dominio de la conducta y las reacciones al medio ambiente.
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Si bien se sabe que una dosis elevada y frecuente de estrés es capaz de degenerar ciertas regiones del cerebro, en especial las que se encargan de brindar un sentido de autocontrol.
TalentSmart explica que el estrés es necesario para la supervivencia del humano. El estrés, en niveles regulados, permite mejorar el desempeño físico, social e intelectual, pues promueve un incremento de motivación, atención e interés en un proyecto.
Esto te ayudará a mantener la calma frente a un problema y resolverlo
Te proponemos las siguientes actividades que, en el momento de estrés pueden ser difíciles de realizar, pero te serán de mucha ayuda:
1. Apreciar lo que se tiene.
Tomarse el tiempo de contemplar lo que uno tiene en la vida no sólo mejora el estado de ánimo, también reduce la hormona del estrés (cortisol) hasta un 23 por ciento.
Este ejercicio fomenta el sentimiento de gratitud y, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de California, éste provee un mejor estado de ánimo, energía y bienestar físico.
2. Dejar de cuestionarse “¿Y si…?”
Esta pregunta detona cantidades desorbitantes de estrés y angustia.
Dado que las circunstancias pueden dirigirse hacia diferentes direcciones, la angustia puede agobiar ante las numerosas posibilidades. Mientras menos tiempo se pase indagando en las posibles acciones, más calma se sentirá.
3. Tener esperanza.
La esperanza ayuda a regular el estrés, lo cual permite atravesar el proceso hacia las soluciones.
De alguna manera, los pensamientos positivos ayudan a realizar una serie de acciones de planificación para resolver la situación a la que nos enfrentamos.
El punto es tener un pensamiento positivo que “distraiga” a la mente de los pensamientos negativos o creencias irracionales.
4. Aprender a respirar.
Una de las respiraciones usadas tanto en meditación como terapias psicológicas es la de los cuatro puntos.
Inhalar durante cuatro segundos; sostener la respiración durante cuatro segundos; exhalar durante cuatro segundos; sostener la respiración durante cuatro segundos; repetir.
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