A todos nos pasa, hay días que brillan y días en los que nos deslumbra la luz del sol y no queremos salir de la cama… Estas son 5 cosas que necesitas hacer por ti cuando andas bajoneado.
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La vida es la suma de experiencias que ocurren mientras planeamos lo que queremos hacer.
Si bien, algunas vivencias estuvieron delineadas desde que las pensamos hasta que las vivimos, está en lo inesperado lo que nos da grandes lecciones.
Ante esto, lo que nos queda es aprender y evolucionar pero no siempre es fácil.
A veces duele, a veces no es rápido y el proceso importa más que el destino…
Si estás bajoneado, haz lo siguiente:
1. Recuerda lo que has dejado atrás.
Sí, estás en una situación difícil pero no es la primera y no será la última.
Mira hacia atrás y repasa todo aquello que en su momento te retó, sin embargo, saliste adelante. No dudes de ti.
2. Sé paciente y tolerante contigo antes que con los demás.
No tienes que estar bien todo el tiempo no tienes que ser fuerte o de determinada manera…
Valida tus emociones y dales importancia, vívelas pero trabájalas.
Sé paciente contigo y aprende a entender por qué te sientes de tal manera.
No te desesperes por no «estar», «sentirte» o «ser», como deberías… Es tu vida, es tu situación y necesitas ser tolerante contigo y con tus emociones.
3. Que tu paz mental sea tu guía.
Es decir, realiza o escribe todo aquello que te da paz.
Si te da paz lavar tu carro, escuchar música o hablar con alguna amiga, hazlo. Tu paz debe ser tu guía siempre.
Escucha tus necesidades y actúa en función de tu tranquilidad y estabilidad emocional.
4. Depura.
Saca de tu vida todo aquello que te lleva a los pensamientos limitantes, a todo lo que te vincula con lo que te hace daño.
Por ejemplo, cartas, ropa, muebles… Haz espacio para que lleguen nuevas cosas, experiencias, personas…
5. Asume tu responsabilidad emocional.
Es decir, nadie podrá hacerte feliz, nadie tiene la obligación ni debe llevar el peso de hacerte feliz.
Sé un adulto, compórtate como tal y trabaja con tus emociones para que no te metan la pata.
Es normal atravesar momentos en los que andar bajoneado pareciera la única opción, sentirnos decaídos y con ganas de renunciar.
Pero, en la mayoría de las veces, basta con bajar la velocidad, reflexionar y una vez que nos volvemos a sentir listos, iniciar el camino con más seguridad.
Si tienes oportunidad, acude con un psicólogo que pueda acompañarte en el proceso.
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