Para construir la vida y el presente que deseas no hace falta mucho, podrás pensar que entonces, ¿dónde está el dinero, la pareja, el trabajo o la estabilidad? Sigue leyendo…
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Lo que pasa es que es engañoso pensar que tener la vida que deseas tanto tú como yo, está en cumplir con los factores de la ecuación.
Pero, lo que a veces no entendemos, es que esos factores no son la causa de la felicidad, sino la consecuencia de nuestras decisiones, actitud y voluntad.
¿Cómo quieres que llegue «la pareja» si en tus actos cotidianos no te amas?
¿Cómo quieres tener el empleo soñado si estás bien en tu zona de confort o en lo que ya es costumbre para ti?
Es más, ¿qué hiciste el día de hoy a favor de tus sueños, no de tus responsabilidades?
Si le avanzaste al libro, ¡felicidades! Pero si el ratito que tuviste libre lo ocupaste para ver dos capítulos en Netflix, sólo estás obteniendo los resultados claros de tus hábitos.
¡Ojo!
Estamos conscientes de que en ocasiones las cosas no están en nuestras manos, por eso, lo importante es distinguir y actuar sobre lo que sí está en nuestras posibilidades cambiar.
Es curioso pensar que alcanzaremos la vida que deseamos cuando se junten un montón de cosas, el dinero, el carro, la pareja…
Lo vemos a futuro y desgastamos nuestro presente.
Esto es lo que debes hacer por ti para construir la vida que deseas
Lo que primero tienes que hacer es darte las oportunidades que no te has dado.
Dicen por ahí que si quieres resultados distintos, tienes que hacer las cosas de diferente manera.
Por ejemplo, si estás esperando el amor o que llegue la persona ideal, seguirás repitiendo patrones o finales poco felices.
Ábrete a la posibilidad de realmente conocer gente nueva, personas reales que no tienen por qué cubrir con TUS expectativas.
Conoce, escucha, observa, siente y encuentra en las personas compatibilidad, no perfección.
Date la oportunidad de encontrar a la persona compatible, tendrá defectos, cometerá errores y quizá te decepcione, pero esto no debe traducirse a la falta de respecto, amabilidad y comprensión.
Después, al vivir estas oportunidades, explora el cambio, no le des la vuelta.
Está bien que el cambio o los cambios generen miedo, pero este no debe de limitarte.
Confía en ti mismo y adáptate.
Claro, hay riesgos, como en todo, pero si no lo intentas, no sabrás si el resultado será bueno o malo, sólo se quedará en la suposición.
Por último, después de considerar las oportunidades y los cambios, está la voluntad.
Es decir, sé firme contigo, sé disciplinado y sé fuerte, pero no pierdas insensibilidad ni amor propio.
La voluntad es lo que te hará continuar, es aquello que te dará la constancia.
La mayoría de las ocasiones, quien logra algo es porque a pesar de haber fallado muchas veces, nunca dejó de insistir.
Sé amable contigo, ámate, escucha tu voz interna y deja que el presente, que es lo que SÍ tienes, te muestre lo que es realmente la felicidad.
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