Cuando nos enamoramos sentimos que nuestro corazón palpita fuertemente y a máxima velocidad, nuestra respiración es profunda e incluso nuestras manos empiezan a sudar.
Estas sensaciones las adjudicamos a que sentimos atracción por alguna persona, amor o estamos enamorándonos, pero no es así.
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Tu cerebro cree que estás enamorado, pero en realidad sientes deseo o incluso podrías experimentar miedo, ansiedad o estrés.
Esta es la razón de que confundas estar excitado con estar enamorado
El psicólogo Stanley Schachter descubrió que las emociones no son tan claras ni tan espontáneas como creemos.
Hay dos factores que determinan las emociones, la primera es la excitación psicológica y después la etiqueta que le damos a ese sentimiento.
El segundo, lo definimos de acuerdo con el contexto en el que estemos y en ocasiones nuestro sistema cerebral lo etiqueta de forma errónea.
A esto le llamó: atribución errónea de la excitación.
Siendo así que las sensaciones que se atribuyen al amor podrían tener otro origen.
El puente del amor
Una investigación llamada “El puente del amor” encontró que nuestro cerebro se confunde al querer reconocer nuestros sentimientos.
Hicieron un experimento para demostrar como la atribución errónea de la excitación puede afectar nuestros sentimientos de atracción.
Varios hombres fueron entrevistados por una bella mujer, las encuestas fueron realizadas mientras estaban en un tambaleante puente colgante.
Y otros más fueron cuestionados en un sólido puente de poca altura.
A todos los hombres se les pidió que miraran una foto, era una mujer riéndose mientras se cubría la cara, tenían que imaginar la historia detrás de esa foto.
El pretexto que se les dio para dicha investigación fue el conocer los efectos de un bello escenario sobre la creatividad.
Al terminar las preguntas, la mujer les dio su número de teléfono para que le llamaran si tenían dudas al respeto del estudio.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de los hombres que estuvieron en el puente colgante le llamaron a la mujer. Además, de que las historias que describieron tenían un contenido más romántico y sexual.
El experimento se realizó otra vez, pero en esta ocasión el entrevistador era un hombre y casi nadie lo llamó.
La explicación a esto fue que el miedo que sintieron al estar en peligro lo confundieron con valentía y atracción por la mujer que estaba con ellos.
La confusión
Estar enamorado y tener miedo o ansiedad son emociones opuestas, pero los cambios fisiológicos que provoca nuestro cuerpo son muy similares.
Las hormonas que se liberan cuando nos enamoramos son la adrenalina y noradrenalina lo que nos provoca “sentir mariposas” en el estómago, pero esto también sucede cuando pasamos por un momento de ansiedad, miedo u adrenalina.
Es decir, si tu relación comenzó con una experiencia fuerte o con algún desafío lo más probable es que no estés enamorado y solo hayas experimentado la atribución errónea de la excitación.
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