¿Te has sentido agotado al usar cubrebocas?, o ¿te ha costado respirar al llevarlo puesto? Esto sucede porque respirar a través de un cubrebocas es como si hicieras ejercicio.
Utilizas tus músculos respiratorios más pequeños para llevar a cabo un trabajo realmente grande
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Es decir, usas mucha energía para respirar y la oxigenación puede no ser la misma que antes. Al respirar con un cubrebocas utilizas mucho más los músculos del pecho con la boca abierta.
Esto realmente es una forma muy ineficiente de hacerlo y a la larga te puede causar estrés y ansiedad.
Sin embargo, usar una mascarilla que te proteja se ha convertido en algo esencial para evitar enfermarte de coronavirus.
Por esto, es mejor hacerlo de una forma consciente y con cuidado para protegerte.
Así podrás evitar la ansiedad y fatiga al usar cubrebocas
1. Presta atención a tu respiración.
Mientras usas cubrebocas, toma un momento para sentir cómo respiras.
Hazte estas preguntas: ¿Se mueve tu vientre o se mueve la parte superior del pecho? ¿Respiras con la nariz o con la boca?
Coloca tus manos en tu estómago o en la parte baja de la caja torácica, respira lentamente por la nariz y siente tu vientre y caja torácica empujar hacia afuera, y exhala por la boca.
Practica esto a lo largo del día. Con la práctica, puedes empezar a ser un respirador más eficiente con una máscara puesta.
2. Toma descansos para respirar.
En un espacio seguro, quítate la máscara y haz dos o tres respiraciones, asegurándote de usar el vientre.
El uso de una máscara a menudo puede hacer que respires de forma diferente incluso cuando te quitas el cubrebocas.
La respiración consciente puede ayudarte a entrenar tu respiración para que sea más eficiente todo el tiempo.
3. Toma muchos líquidos.
La nariz está diseñada para capturar la humedad y aquellos que respiran con la boca abierta pueden experimentar pérdida de humedad.
Cuando pierdes humedad te deshidratas, lo que lleva a un incremento de la fatiga.
4. No sobre analices la situación.
Es decir, en el momento que vas a usar cubrebocas no te estreses ni pienses que no vas a poder respirar.
Póntelo y sigue con tus actividades como si no lo tuvieras puesto. Con el tiempo te darás cuenta de que la mascarilla no te estorba tanto como pensabas.
Pero, si te aferras a que no te gusta, no estás cómodo o no puedes respirar tu cerebro se va a predisponer y hará que todo lo que no quieres, pase.
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