¿Te valoras o eres tu peor enemigo? Tal vez, tú crees que te respetas y que siempre haces lo mejor para ti, pero tus acciones demuestran lo contrario.
Una cosa es que vivas dándote tu lugar y otra que esperes a que los demás te aprueben para hacer lo que quieres.
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Si no te sientes contento con tu vida, estás inconforme o no has logrado el éxito a pesar de que trabajas arduamente es porque no te valoras.
No te estás dando el lugar que mereces y muy probablemente tú seas tu peor enemigo.
Es importante que tengas presente que si tú no te valoras, cuidas y respetas, nadie más lo hará. Así que, deja de meterte el pie y ya no hagas esto en tu vida:
5 acciones que demuestran que no te valoras
1. Te comparas constantemente.
En todo momento estás enfocado en lo que hacen las personas a tu alrededor. No puedes vivir sin criticas o juzgar lo que otros tienen.
Crees que no lo merecen o lo ganaron por suerte, pero la realidad es que solo habla tu envidia.
Si te valoras necesitas darte cuenta de que tienes talento y grandes habilidades, pero estás perdiendo al compararte en vez de ponerte a trabajar por tus sueños.
2. Tienes miedo de estar solo.
Prefieres estar mal acompañado que solo. Crees que la soledad es un lugar oscuro y en donde las personas que no valen la pena se refugian.
No solo estás equivocado, también no te has dado la oportunidad de ver que tu felicidad no está en otra persona, sino en ti mismo.
3. Buscas hacer feliz a los demás.
Te has casado con la idea de que necesitas hacer feliz a los demás para que ellos te den lo mismo o para que vean que vales la pena.
No puedes ver que tú eres tu prioridad número uno y que al único que debes hacer feliz es a ti mismo.
4. Cambias a complacencia.
Es decir, dependes de la aprobación de otros para sentirte mejor contigo mismo.
Te has enfocado en cambiar, moldearte y aceptar menos para no quedarte solo o para avanzar, pero la realidad es que solo te estás limitando.
5. Te enfocas en ser perfecto.
Crees que necesitas hacer todo o trabajar 24/7 para tener éxito. No te permites descansar o hacer cosas que te hacen feliz, porque eso te haría un fracasado.
No te valoras y no tienes éxito porque no te has permitido ver que no necesitas ser perfecto para lograr tus metas.
Necesitas soltar lo que no te sirve para poder avanzar.
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