Lo sabemos, todo el mundo toma malas decisiones, pero el problema es que a ti nada te sale bien y has convertido esta “actividad” en un mal hábito que arruina tus planes.
Todos los días tomamos decisiones, ya sean grandes y pequeñas, y todas tienen consecuencias, positivas y negativas.
Algunas puedes tomarlas a la ligera, pero otras necesitan de tu interés y atención, porque podrían llevarte al éxito o al fracaso.
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Tus malas decisiones son un reflejo de la poca confianza que tienes en ti mismo y hasta de que no sabes lo que quieres.
Tal vez, creas que no sabemos de lo que hablamos, pero desde aquí podemos notar que no tienes claro tu futuro y que solo estás siguiendo el camino que otros ya crearon.
Por esto, es importante que seas más consciente y responsable de tu vida, para que así si tomas malas decisiones aprendas del error y en la siguiente ocasión lo hagas mejor…
Es momento de ver lo que te está llevando a fracasar una y otra vez:
5 señales de que estás tomando malas decisiones
1. Al instante sabes que te equivocaste.
El instinto se hace presente y te hace sentir que algo no está bien o que esa decisión no fue la correcta.
Incluso, te sientes desconcertado y hasta tonto, pero dejas que las cosas fluyan. Y esto es un terrible error, porque solo te dejas ir al precipicio y crees que ya no puedes resolver nada.
Debes saber que todos tomamos malas decisiones, pero solo un hombre inteligente las enfrenta y busca la manera de resolverlas.
Si tú solo te dejas llevar por la corriente y que te hunda, te estás equivocando.
2. No confías en ti.
Seguirás tomando malas decisiones hasta que comiences a confiar en ti, tal vez, asegures que lo haces, pero la realidad es otra.
Porque en todo momento estás dudando de tus capacidades y de tus decisiones. Nunca te das un voto de confianza.
Incluso, ni siquiera lo intentas y al tomar esta postura, ya estás perdiendo y arruinando las cosas.
3. Te ganan las emociones.
Siempre tomas decisiones en el peor momento, es decir, cuando estás enojado, ansioso , triste y hasta lleno de ira.
Que te dejes llevar por el impulso de tus emociones sólo te llevará al fracaso, porque no estás en el mejor momento.
Necesitas estar tranquilo y sentir paz en el momento en el que vayas a decidir algo importante. Porque si sigues escuchando a tus entrañas y no a tu mente o corazón, seguirás perdiendo.
4. Siempre estás agotado.
Cuando no duermes de manera adecuada, es más probable que optes por cosas que no son de tu interés porque el cerebro está demasiado agotado para calcular de manera adecuada cualquier riesgo.
Dormir poco también limita tu capacidad para concentrarte de manera efectiva.
Si quieres evitar tomar malas decisiones, es importante que descanses, para que así consultes con la almohada tu decisión y tomes la correcta.
5. No te tomas tu tiempo.
Sabrás que es una mala decisión porque no te tomaste ni 5 minutos en analizarla, simplemente te fuiste por el camino fácil o por lo que sonaba más sencillo.
Debes saber que apresurarte no te llevará a nada bueno y que quieras todo al instante tampoco te ayudará a lograr tus metas.
Porque requieren de constancia, disciplina, tiempo y atención para poder alcanzarlas. Si crees que de la noche a la mañana lograrás todo, te estás equivocando, sobre todo, cuando no estás moviendo ni un dedo para lograr tus objetivos.
Así que, toma el tiempo necesario para tomar decisiones acertadas y que te lleven al triunfo.
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