La guía que necesitabas para elegir el mejor y beber mezcal como se debe…
El mezcal es una bebida tradicional orgullosamente mexicana, esta bebida alcohólica se produce a través del agave del maguey.
Se ha vuelto muy popular por su particular sabor y también porque es un alcohol perfecto, es decir, es tan bueno que no produce cruda.
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Dicen para todo mal mezcal y para todo bien también, y vaya que tienen la razón.
Por esto, hemos preparado la guía que te ayudará a beberlo de la forma correcta y para que te conviertas en un experto en ella:
10 consejos para beber mezcal como todo un experto
1. Reconócelo antes de beberlo.
Antes de beber, reconoce el mezcal que tienes enfrente. Conócelo. Olfatéalo con una fosa nasal y luego con la otra.
Después coloca unas gotitas en las palmas de tus manos y frótalas hasta que el mezcal se seque.
Coloca rápidamente tus manos alrededor de tu nariz y respira profundamente. Notarás los verdaderos aromas del mezcal (sin el alcohol interfiriendo).
Los expertos pueden identificar qué tipo de agave y de qué región proviene el destilado.
No esperamos a que logres esto a la primera, pero es una buena forma de empezar a disfrutar tu mezcal.
2. ¿Primera vez?
Al igual que cuando aprendemos a caminar antes que correr, considera probar el mezcal en un cóctel antes de sorber un trago puro.
Sí, algunos expertos te dirán que el mezcal jamás se debe beber en un cóctel, pero es la mejor opción hasta que te acostumbres a su sabor.
3. Besa tu mezcal.
Esta es una lección básica: el mezcal no se bebe, se besa.
Sírvelo en un caballito hasta el tope; luego lleva el vaso lentamente hasta tus labios y sorbe un poquito. Un poquito nada más.
Dicen los mezcaleros expertos que esto es para “advertir al cuerpo” de lo que está a punto de recibir, pues los primeros tragos pueden resultar muy agresivos al paladar.
El primer sorbo por lo general se siente solo como un golpe de alcohol; es hasta el tercer trago que empezamos a percibir las distintas notas de sabor.
Jamás lo tomes como si fuera un shot o podrías pasarla muy mal.
4. Oaxaca no es el único lugar que lo produce.
El mezcal se produce en 26 estados de México, aunque la Denominación de Origen solo reconozca a 8.
Cada región produce un mezcal distinto y único, ya que la variedad de agaves es inmensa, además de que los factores que determinan cómo se hace y a qué sabe un mezcal son considerablemente variables.
Como el suelo, el clima, el agua, la receta del mezcalero, todo se toma en cuenta.
Cada trago representa la geografía de una región y la identidad cultural de una comunidad.
Cada mezcal que pruebes ofrecerá algo distinto y es posible que nunca termines de conocer todos los mezcales que México tiene la fortuna de producir.
No solo es Oaxaca también está Zacatecas, Durango, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Guanajuato, Tamaulipas y sus grandiosos mezcales.
5. Elígelo sabiamente.
Ponerle un gusano de maguey a la botella de mezcal no es más que un truco de venta que, además, perjudica la calidad y el sabor del destilado.
Para elegir un buen mezcal necesitas dedicarle tiempo a la lectura de la etiqueta.
Tampoco te dejes llevar por los términos “artesanal”, “sustentable” y “orgánico”, pues no todo es lo que parece.
Un buen mezcal reconoce en su etiquetado al maestro mezcalero, la región donde se produce, el tipo de agave del que está hecho, la fecha de producción y el método de cocción utilizado.
Algunos incluso especifican el tipo de levaduras. De hecho, mientras más detallada la información, mejor.
Es momento de beber mezcal, como un experto…
6. Mezcales de pechuga.
Los mezcales de pechuga son macerados en el alambique (después de estar terminados por completo).
Con mezclas distintas que por lo general incluyen frutas, especias y trozos de carne cruda (comúnmente pechuga de pollo, aunque también se usa pavo o conejo).
El mezcal reposa con la pechuga durante mínimo 12 horas, así el licor en evaporación captura el alma del ave a medida que sube; la carne se cuece al vapor y la grasa gotea sobre la olla, algo que notarás en el sabor.
Al final, la pechuga se deshace y termina del tamaño de una nuez. Es un mezcal muy agradable.
7. Mezcales ahumados.
El mezcal se distingue de otros destilados por su característico aroma y sabor ahumado, ya que, en el proceso, las piñas se rostizan en hornos subterráneos.
Cuando el mezcal sabe demasiado ahumado se considera un defecto y no una virtud.
Esto puede deberse a que las piñas se quemaron y los aromas naturales se perdieron.
8. El mezcal es transparente.
A diferencia de los tequilas, los mezcales reposados y añejos en barricas de madera no son tan preciados.
En el mundo mezcalero se considera que el añejamiento en barricas de madera estropea el fino sabor y el delicado aroma del mezcal, los cambia considerablemente y no necesariamente para bien.
9. Evita el limón y la naranja.
El mezcal es una bebida deliciosa, pero compleja, y la mejor manera de disfrutarla es tomándola sola.
El limón con sal y la naranja con sal de gusano alteran su sabor.
Si lo que quieres disfrutar de verdad bésalo, solo.
10. El mejor mezcal.
La realidad es que el mejor mezcal es el que más te guste. Estos son algunas recomendaciones y consejos de expertos.
Pero no pasa nada malo si experimentas con tu mezcal.
El mejor siempre será el que te haga feliz a ti y a tu paladar.
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