París (AFP)- La pasarela se convirtió en un cuento de hadas de la mano de la italiana Maria Grazia Chiuri, que firmó este lunes su primer desfile de alta costura para Dior en París.
Las primeras siluetas, negras y monacales, desfilaron ataviadas con máscaras en forma de mariposa o araña en un laberinto de vegetación.
Los vestidos son largos, ajustados a la cintura y las modelos se pasean cerca de un árbol mágico donde cuelgan cartas del tarot, un guiño a la superstición legendaria del fundador de la casa, Christian Dior.
El desfile, en el jardín del museo Rodin, exhibió signos astrológicos bordados en vestidos «bustier».
Un de ellos, con flecos, necesitó 1.900 horas de trabajo para poder lucir las flores bordadas de rafia.
Para acompañar estos vestidos de baile de este sueño de una noche de verano, el modista británico Stephen Jones imaginó coronas de flores y tocados con plumas.
En los pies, zapatos con poco talón: «La costura tiene que ser mágica pero al mismo tiempo tiene que poder llevarse», dijo a la AFP Maria Grazia Chiuri, que el año pasado tomó el relevo de Raf Simons.
Igualdad
La exdirectora artística de Valentino, primera mujer en ocupar este cargo en Dior, multiplicó las referencias a los códigos del fundador de la casa, que este año celebra sus 70 años de historia. Pero aportó también su toque personal, su gusto por una feminidad refinada, la Historia y los símbolos.
La creadora se estrenó con Dior en septiembre pasado con una colección de prêt-à-porter combativa, en torno al eslogan «We should all be feminists» (Todos deberíamos ser feministas).
«Me alegra ver que hombres y mujeres estiman importante hablar de la igualdad de derechos, porque llegamos a pensar de forma equivocada que era algo adquirido», dijo.
Schiaparelli, elegancia y colores vivos
La Semana de Alta Costura para la próxima primavera-verano se abrió el domingo y continuará hasta el jueves.
Fiel a su estilo, Schiaparelli impregnó este lunes de fantasía su colección de estética pop, con vestidos largos y vaporosos con grandes motivos, como flores, corazones, candados o hasta una langosta.
Túnicas, esmóquines y vestidos cortísimos combinados con botas «kinky» de colores brillantes se sucedieron en un hotel particular de la lujosa Place Vendome, en un desfile al que asistieron la cantante Kylie Minogue y la diseñadora Inès de la Fressange.
Los accesorios son indispensables: cintas en el cabello, pendientes en forma de jaulas o un broche en forma de pulpo que parece escalar por el pecho.
Este fue el primer desfile de Schiaparelli como miembro oficial de la alta costura, una designación que selló este mes la recuperación estelar de la marca, tres años después de volver a las pasarelas tras una ausencia de seis décadas.
El océano onírico
La holandesa Iris Van Herpen propuso una colección de vestidos evocando el universo marino: sirenas, corales y otras criaturas del fondo del mar desplegaron elegancia, sutileza y glamur en la pasarela.
La seda y otros tejidos plásticos tallados con láser contribuyen a dar estas ilusiones ópticas en los vestidos azules, grises, negros, a menudo transparentes.
Sólo 15 marcas tienen derecho a presentarse como alta costura, una designación protegida por la ley francesa y atribuida exclusivamente por el ministerio de Industria. Se caracterizan por confeccionar la ropa a medida, utilizando los tejidos más nobles.
El resto de firmas presentes en esta Semana exclusivamente parisina, como Iris Van Herpen, son «invitadas».
¿Quién es la primera mujer en la que confió Dior para dirigir su firma?
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