Al sureste de Europa se encuentra Albania, un país que no suena dentro de los 7 países más visitados y hay personas que ni siquiera saben que existe. Sin embargo, es una joya esperando ser descubierta.
Te recomendamos
6 señales de que ya es hora de terminar la relación
Ambición, avaricia y codicia, ¿cuál debes sentir y por qué?
En nuestro Facebook tenemos contenidos similares, visítanos.
Uno de los tesoros mejor guardados de Albania es:
Berat, la ciudad de las mil ventanas
Un lugar lleno de historia por ser la ciudad más antigua de Albania, recibe el apodo de ciudad de las mil ventanas porque su paisaje pareciera estar observándote con los mil ojos que brotan de sus casas.
De aproximadamente 50 mil habitantes, la ciudad está llena de calles que te invitan a recorrerlas a pie y sin prisas, dejándote conquistar por su arquitectura y sus 3 cascos antiguos: Mangalem, Gorica y Kalaja.
Su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad desde 2008 y ahí encuentras tanto mezquitas como iglesias, con ese ambiente de tolerancia y misticismo que sólo se vive en las ciudades que combinan religiones, culturas e idiomas.
Encuentro de varios mundos
Berat ha sido poblada por diferentes grupos, dándole un caracter un tanto salvaje y despreocupado. Ocupada por los lirios desde el s. VI a.C., fue después territorio romano y frontera directa con Imperio Bizantino.
A la caída de Roma es invadida por eslavos y otras tribus «bárbaras» hasta que fueron expulsados por los búlgaros en el S. IX. Después de 200 años regresa a manos serbias para luego ser conquistada por el Imperio Otomano que permaneció en el país hasta 1912, aunque desde 1809 el gobierno estuvo encabezado primero por Alí Pasha, de origen albanés, y luego por sus descendientes.
Esta mezcla de pobladores, gobernantes, culturas, religiones y sabores resultan en una arquitectura única en Europa que se extiende sobre los fascinantes paisajes de la Península Balcánica.
Y por supuesto su gastronomía es una excelente muestra de la historia que ha vivido Berat. La ciudad te hará sentir en otra época gracias a sus paredes empedradas, sus techos de teja y los faroles ámbar que marcarán tus pasos y su ambiente.
Camina por sus montañas para encontrar el mejor ángulo de la ciudad, prueba su cerveza o vino local y olvídate de tu siguiente destino para dejarte cautivar por Berat. Cruza el río Osum con un puente que te regala una postal imprescindible que a su vez divide a la Berat antigua con la moderna, un contraste que no deja de fascinarnos en cualquier lugar del mundo.
No dejes de ir a la iglesia bizantina Santa Trinidad y a la iglesia Ortodoxa, dos lugares que te ayudarán a sentir la esencia de Berat y de su historia.
Leave A Reply