Siempre queremos lo mejor para nuestra vida, desde un buen trabajo, un gran estilo de vida y estar con la mujer perfecta.
Sin embargo, podría ser que estemos exigiendo demasiado o más de lo que podemos ofrecer. Nos enfocamos en lo más grande, pero muchas veces no estamos dispuestos a dar lo mínimo.
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Querer a la mujer perfecta es decir que somos un hombre perfecto y que estamos a la altura. Pero no siempre es así, porque tú exiges, pero no tienes lo suficiente para estar con ella.
Hace poco me encontré con un cuento que habla sobre esto y me hizo reflexionar al respecto, a continuación te lo dejó aquí para que lo conozcas y reflexiones:
La mujer perfecta
Se cuenta que Nasrudín, un sabio que iba siempre montado en un burro, llegó a un pueblo donde vivía un amigo de juventud que se alegró mucho de verlo y le presentó a su familia.
Tras servirle una taza de té de menta, de repente le preguntó:
—Por cierto, cuando éramos pequeños me decías que te casarías y que tendrías muchos hijos… ¿Cómo es que vas solo por el mundo montado en un burro?
—Te lo explicaré… —dijo Nasrudín entornando los ojos con nostalgia—. Desde muy jovencito, decidí que iría en busca de la mujer perfecta.
Para ello crucé el desierto hasta llegar a Damasco. Allí vivía una mujer muy bella y espiritual, pero le faltaban conocimientos.
—¿Y qué hiciste entonces? —le preguntó su amigo muy interesado.
—Seguí viajando hasta la ciudad de Isfahán. Allí conocí a una mujer muy sabia en todas las ciencias y llena de bondad, pero no era guapa.
Toda la familia del anfitrión seguía el relato de la búsqueda de Nasrudín, que terminó diciendo:
—No fue hasta entrar en El Cairo cuando encontré lo que tanto había anhelado.
A través de unos conocidos pude cenar en casa de una dama que no solo era bellísima y piadosa, sino que además era un pozo de sabiduría, la joven más inteligente de toda la ciudad.
—Entonces… ¿por qué no quisiste casarte con ella? —¡Claro que quise, querido amigo! Lo que pasó es que también ella quería un hombre perfecto.
Para estar con una mujer perfecta, debes estar a su altura…
Si quieres estar con una mujer perfecta, estás cometiendo un error desde el inicio, porque estás buscando algo que no existe o mejor dicho, que no es nada sano.
No solo se trata de la mujer perfecta, también nunca serás un hombre perfecto, porque siempre tendrás errores y defectos.
Y si te enfocas en aferrarte a la perfección, siempre te sentirás insatisfecho por no obtener lo que quieres o nada te será suficiente.
Tu segundo error es exigir sin antes ver si estás a la altura y tienes lo mismo o más de lo que estás pidiendo.
Porque solo te estás enfocando en un deseo, pero no puedes ver si eres un hombre que merece a una mujer de ese nivel.
Tal vez, tú creas que sí, pero al estar con una mujer maravillosa, de grandes cualidades y hermosa, ella puede pensar que no eres suficiente y que solo te estás engrandeciendo, cuando te falta mucho.
¡Presta atención!
¡Ojo!, con esto no queremos decir que seas un hombre mediocre o poco atractivo, sino que le bajes a tu ego y que antes de exigir, te veas en el espejo y notes si tienes lo suficiente.
Si no es así, es momento de mejorar por y para ti, para que así con el tiempo estés con una mujer que te valore y estén en el mismo nivel.
El tercer error que cometes es criticar antes de tiempo o solo dejarte llevar por la apariencia sin darte el tiempo de conocer a la otra persona.
Ten presente que el físico se acaba, pero la inteligencia, amabilidad, valentía y amor crecen y pueden ser eternos.
Tal vez, sea hora de que dejes de buscar a la mujer perfecta y te des cuenta de que la imperfección es una buena amiga que te puede ayudar a obtener más de lo que deseas.
Porque no se trata de conformarte o aceptar a cualquier mujer en tu vida, sino abrir tu mente y corazón a alguien que no cumpla una lista de caprichos, sino a alguien que te brinde una relación sana y real.
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