Es difícil volver a amar después de un corazón roto, el miedo se hace presente en contra de nuestra voluntad y, aunque queramos seguir adelante, no siempre es fácil.
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Sentir desconfianza o miedo después de un corazón roto puede frenarnos a vivir nuevas experiencias.
Si bien, esto nos puede librar de riesgos, también nos evita volver a conectar con nuestras emociones y realmente superar nuestro pasado.
Si ya luchaste por dejar atrás una herida/persona, ¿vale la pena frenarte a vivir sólo por una mala experiencia?
En palabras de una persona sabia, el escritor Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito:
«Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió».
Queremos ayudarte a que rebases el miedo y te entregues a tu vida.
Valora si es sano para ti seguir diciéndole NO a otras personas o nuevos amores, sólo por miedo.
¡Ojo! El miedo tiene una función y no es que esté mal sentirlo pues nos alerta cuando nos sentimos vulnerables o lo que nos pone en peligro, pero, de esto podemos aprender mucho.
Así que, es cuestión de que analices tu miedo y cómo puedes hacer las cosas, quizá con miedo, pero igual hacerlas para no detener tu vida.
Es normal sentir miedo después de un corazón roto…
1. Volver a confiar.
El miedo a volver a confiar en otro es el primero que se puede manifestar.
Pensamos que nos puede suceder lo mismo, sin embargo, es momento de detenernos y pensar, ¿qué podemos hacer distinto para obtener otros resultados?
2. Ser capaz de despertar amor.
Es natural que podamos sentirnos «insuficientes», pero, esto no es verdad y no debemos comprarnos ese discurso.
Somos capaces de despertar amor, repítete eso: Eres capaz de despertar amor, eres capaz de despertar amor…
3. Decidir bien.
Decidir a quién darle la oportunidad, si ya es momento, si ya estamos listos…
El miedo a tomar decisiones suele presentarse, es normal.
Pero, no se trata de desconfiar más o de regresar al apego que por momentos da seguridad.
Se trata de amarnos mejor a nosotros mismos, para permitir que algo mejor llegue, permanezca y se esfuerce con reciprocidad por la relación.
El miedo se vence enfrentándolo.
Sólo sé fiel a ti, sé sincero contigo y marca tus límites.
¡Vive!
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