Hablar del futurismo en materia de yates podría implicar todo un reto, sobre todo porque se deben mantener algunas nociones básicas que hagan físicamente posible la experiencia, sin embargo, Jonathan Schwinge y el Tetrahedron Superyacht, nos dejan sin palabras.
Se trata de un concepto más que futurista, pues retoma la figura de la pirámide para llevarla a lugares que hasta ahora no pudimos imaginar o que creíamos formaban parte de algún tipo de mitología, este diseñador y arquitecto nos demostró que la imaginación no tiene límites y sí despierta ambiciones.
El concepto Tetrahedron Superyacht es de propulsión hidroeléctrica y su creador lo define como: «El diseño es instigado por el re-pensamiento de la forma, la superestructura y la propulsión del super-yate moderno en un recinto radicalmente simple y un modo elevado de viaje por encima de la línea de agua.»
El diseño incluye paredes plegables para poder tener mayor interacción con el exterior en las cubiertas, comedor al aire libre, terrazas y un conjunto de escaleras retráctiles.
Nosotros interpretamos que el lujo no radica en estar a bordo de un yate futurista pues con estas ideas actuales, ¿cómo podemos saber qué es futurista? Es simple, combinar nuestra percepción de lo que concebimos y dónde lo concebimos es lo que está cambiando.
Su estructura piramidal reta nuestra mente y esperemos que se vuelva realidad pronto, no por sentirnos parte del futuro (aunque talvez sí), sino para sentirnos faraones viajeros que levitan sobre el agua en su propio templo a 70 km/h.
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