Necesitas conocer el síndrome de la alta disposición…
Una de nuestras mayores metas en la vida es ser el mejor, lograr todo lo que nos propongamos y que el éxito siempre nos acompañe.
Por esto, trabajamos arduamente para lograr nuestros propósitos y luchamos día a día para alcanzar el éxito.
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Sin embargo, convertirnos en el mejor y destacar por nuestro trabajo podría traernos envidia y rencores.
Las personas a nuestro alrededor podrían sentirse abrumados por nuestros logros y odiarnos por obtener lo que ellos no pudieron.
Este problema va más allá de la envidia y se le conoce como:
El síndrome de alta exposición o síndrome de la amapola alta
Este síndrome sucede cuando una persona destaca mucho en un área y automáticamente genera odio en los demás.
Ese odio no es envidia (ni buena ni mala). Es un rencor que relaciona el poco éxito de los demás en sus propias limitaciones, es decir, sus fracasos parecen más visibles.
Se le denomina síndrome de la amapola alta, debido a que estas flores se cortan para que crezcan otras, de esta forma las otras no salgan perdiendo al ser comparadas.
Su origen
Se cree que esté síndrome tiene sus primeras referencias en los libros de Heródoto y en las reflexiones de Aristóteles.
En los escritos de Heródoto, el emperador pedía consejo a Trasíbulo, el cual no dijo ni una sola palabra, solo caminaba por sus trigales, cortaba las espigas más altas y las tiraba al suelo.
Así que, el emperador comprendió que esa actitud era un mensaje oculto, que significa que debía eliminar a todo aquel que estuviera por encima de los demás.
Los envidiosos
En muchos ámbitos laborales es muy frecuente este síndrome, ya que muchos compañeros de trabajo buscan desprestigiar a aquellos que sean mejores.
Incluso, se cree que algunos jefes apoyan este síndrome para crear una competencia entre los trabajadores y logren dar mejores resultados en sus actividades.
Si has sentido que los demás quieren minimizar tu talento y logros, critican tu seguridad y esfuerzo, estás padeciendo del síndrome de alta exposición.
No permitas que alguien te haga sentir mal por tu éxito o que te haga creer que está mal ser diferente y mejor que los demás.
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