Para los Juegos Olímpicos de este año en Río de Janeiro, los atletas llevan uniformes de Stella McCartney, Lacoste, Giorgio Armani, Christian Louboutin, entre otros.
Pero esto no siempre fue así. En las primeras Olimpiadas modernas en 1986, los atletas llevaban sus propia ropa con la que entrenaban en sus casas y gimnasios. Algunos más afortunados llevaban el uniforme del algún club privado al que representaban.
Los actores que cambiaron esto fueron Ralph Lauren, Levi Strauss y Roy Halston. Estas 3 firmas fueron las que crearon toda esta magia alrededor de los uniformes olímpicos, incluyendo elementos de identidad nacional que crearon un impacto visual entre los asistentes.
Estas marcas entendieron la importancia de proyectar símbolos nacionales en los uniformes de sus atletas para demostrar una hegemonía que se veía severamente amenazada. Seguramente nadie había relacionado los uniformes olímpicos con temas políticos o económicos, pero después de ver el trabajo hecho por estas marcas nos quedará clarísimo que nada de lo que pasa en el mundo es por casualidad.
Juegos Olímpicos de 1976
Roy Halston fue el encargado de diseñar los uniformes olímpicos de Estados Unidos para estas Olimpiadas. En 1974, cuando se anunció que esta marca colaboraría con el comité olímpico, tanto Halston como el país estaban pasando por momentos difíciles por la crisis financiera, el Watergate y los efectos de la Guerra de Vietnam. Sin embargo, la gente empezaba a admirar la creatividad que parecía emanar de Nueva York y del glamour alrededor del Estudio 54, y Roy Halston era la personificación de este mundo, el primer diseñador en ser elevado a la categoría de celebridad.
Aunque sus diseños no fueron tan aclamados, sí pasó a la historia como el primer diseñador de una firma grande en imprimir su sello en uniformes olímpicos que todo el mundo pudo apreciar.
Juegos Olímpicos de 1980 y 1984
La inestabilidad económica y la política conservadora de Ronald Reagan tuvo un impacto duro en la moral de la gente en Estados Unidos. ¿La solución? Que una marca como Levi Strauss & Co. fabricara los uniformes del equipo olímpico, dotándolos de un sentido de nacionalismo con una propuesta que simbolizó al Gran Oeste.
Cada atleta fue enviado a los Juegos Olímpicos de invierno con un conjunto de 30 piezas con un valor de $1,200 dólares y un sombrero de cowboy. La prensa se obsesionó con estos uniformes dándoles tanta cobertura que ese año Levis facturó más de 12 millones de dólares y se publicitó a sí misma como «Outfitters to de U.S. Team«.
Los uniformes del equipo de E.U. generaron tanta emoción en los Juegos Olímpicos de Moscú ese año que el New York Times reportó que los jóvenes en la Unión Soviética estaban fascinados con la mezclilla americana y estaban dispuestos a pagar sumas exhorbitantes por unos jeans en el mercado negro. Imaginen el mensaje que este uniforme dio en medio de la Guerra Fría.
La historia de Polo Ralph Lauren
En 2008 Polo firmó un contrato con el comité olímpico de Estados Unidos para convertirse en el proveedor exclusivo de uniformes. Todos sus diseños son ultra patrióticos y en un tono bastante preppy que hace ver a los atletas como jugadores de golf o surfistas o dueños de yates. Justo el american dream.
Claramente esta decisión tiene tintes políticos. El Wall Street Journal asegura que los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008 eran la oportunidad perfecta para que China mostrara su supremacía, así que Ralp Lauren hizo los uniformes más pensados de la historia para que evocaran éxito y prestigio.
Christian Louboutin en Cuba
Los uniformes olímpicos de todo el mundo tienen un sentido político detrás… Y este año Christian Louboutin lo dejó muy claro al diseñar el uniforme de los atletas cubanos.
Mientras varias marcas han aprovechado la apertura de las relaciones entre Obama y Castro para «inspirarse» en su enigmática cultura, Louboutin y Tai pidieron ayuda al embajador francés en La Habana para que les permitieran diseñar estos uniformes con el máximo respeto hacia la cultura cubana y hacia lo que quieren transmitir de su país en estas olimpiadas.
Los uniformes están repletos de elementos de la cultura cubana como gráficos en los sneakers (que han sido todo un suceso en redes sociales), chamarras inspiradas en guayaberas y banderas por todos lados. Un major upgrade a las chamarras amarillas con las que se presentaron en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
En Río de Janeiro los atletas cubanos se ven fuertes, modernos, seguros de sí mismos… Justo la imagen del país que Raúl Castro está intentando mostrarle al mundo.
Así de relevantes se vuelven los uniformes olímpicos… llenos de símbolos y sueños, de constructos ideológicos y causas sociales. Así de importantes siguen siendo los Juegos Olímpicos.
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