Cuando te dices NO a ti mismo, por complacer a los demás, en lugar de sentirte satisfecho, agradecido y feliz, empiezas a sentirte vacío, sin vida y mediocre.
De hecho, tratar de complacer a todos puede ser realmente abrumador, agotador y estresante.
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Porque cuando te preocupas demasiado por los demás, tus niveles de energía descienden en un instante y necesitas más tiempo para relajarte y recargar tus baterías.
Con el paso del tiempo te sientes insatisfecho, te vas perdiendo y no eres capaz de reconocer tu vida, porque has dejado las decisiones de ella en alguien más.
Por esto, es importante que te olvides del qué dirán y te concentres en lo que tú quieres:
Razones poderosas por las que necesitas dejar de complacer a los demás
1. Te pierdes a ti mismo.
Cuando te esfuerzas demasiado por complacer a los demás, te conviertes en una persona fácil de convencer.
Así que, por favor, detente. Aunque no lo veas como algo malo, créeme que lo es.
Porque cuanto más intentes estar de acuerdo con los demás, más te perderás a ti mismo y tu verdadera esencia.
2. Eres vulnerable.
Cuando haces todo para complacer a todos, te vuelves más vulnerable a las críticas y a tus defectos, porque empezarás a depender demasiado de las opiniones de los demás.
Sentirás que les debes algo o que necesitas cambiar algo para ganar su respeto, pero no lo lograrás.
Si no te respetas a ti mismo, nadie más lo hará
3. Te haces daño.
Cuando tus esfuerzos son dejados de lado por otros, puedes empezar a sentir un inmenso dolor dentro de ti porque tu identidad siempre ha dependido de la opinión de otros.
Pronto empezarás a sentir que tu vida no tiene sentido.
Que has perdido el rumbo y el tiempo en complacer a los demás, cuando debiste enfocarlo en hacer lo mejor por y para ti.
4. Creas codependencias.
Otras personas comenzarán a depender de ti porque se acostumbrarán a que hagas tantas cosas valiosas para ellos y empezarán a depender literalmente de ti.
Por lo tanto, cuando no te presentas para ellos, sus planes podrían fracasar y sus vidas también podrían sufrir.
Esta codependencia es peligrosa porque puede suceder sutilmente sin que te des cuenta.
Incluso, pueden reclamarte o hacerte sentir culpable de su infelicidad o problemas, porque tú les das todo en bandeja de plata.
5. Dañas tu salud.
Cuando gastas demasiado tiempo, energía y esfuerzo en tratar de complacer a los demás, fácilmente puedes olvidarte de cuidar de ti y de tu bienestar.
Concentrarte en las necesidades de otras personas en lugar de en las tuyas propias puede causar estrés y, de hecho, puede ser perjudicial para tu salud a largo plazo.
No tienes una conexión al complacer a los demás.
La ironía es que cuando ayudas a otros, puede ser difícil encontrar ayuda y apoyo cuando tú mismo lo necesitas.
Muchas personas ni siquiera tienen la disposición de hacer la mitad de lo que tú haces por ellos, por lo que su olvido puede hacer que te sientas poco querido y despreciado.
Finalmente, todas estas cosas pueden ser el resultado de una falta de autoestima y un profundo temor al rechazo, así como sentimientos de culpa y presión.
Lo mejor para ti, es que dejes de complacer a los demás y comiences a valorarte más.
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