Si te han dicho que eres una persona proactiva, ¡te felicitamos! Pero, si por el contrario, te han asociado como una persona reactiva, necesitas trabajar en ti y en tus emociones.
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Las emociones reflejan tu salud mental o qué tanto has sido capaz de aprender a manejar lo que llevas dentro.
Ser un impulsivo y ser reactivo son características que se alejan de ser cualidades… Ambas, te dejan como una persona imprudente, controversial e inmaduro.
Como es de esperarse, esto afecta a nivel laboral y familiar, no necesitas tener un jefe observador o perceptivo para notar que tus respuestas son viscerales y poco razonadas.
Unsplash/Dylan Gillis
Por ello, queremos hablarte de la diferencia entre persona proactiva y persona reactiva.
Una persona proactiva actúa así:
Visualiza alternativas para solucionar problemas
Tiene iniciativa
Se comunica asertivamente
Se anticipa a las circunstancias
Tiene claro su potencial y sus límites
Sabe gestionar sus emociones
Pueden ser empáticos
En cambio, una persona reactiva se comporta así:
Responde antes de reflexionar
Evade su responsabilidad
Se asume con decisiones certeras y culpan a otros si fallan
Es pesimista
Se desborda emocionalmente
Piensa en sus propias necesidades
Lo más conveniente es poder ir de lo reactivo a lo proactivo, entender esto como una virtud es el inicio para poder asumir las futuras experiencias con una perspectiva más clara y con menos terquedad.
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