En el mundo de las finanzas personales, muchas veces, la idea de ahorrar no es más que la recomendación de guardar todo el dinero que sea posible.
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Sin embargo, hay una serie de situaciones en las que no conviene en absoluto escatimar en gastos.
Se trata de momentos cruciales o inversiones que te ayudarán a seguir tu camino productivo o a evitar penurias o gastos más grandes.
Aunque claro, tampoco se trata de acabarte la quincena de un tarjetazo. Aquí, el equilibrio es la clave.
1. Calzado.
Tus pies son los que cargan contigo todo el día y te ayudan a desplazarte.
Quizá en tu ocupación requieras estar mucho tiempo sentado en una oficina, pero tener un buen par de zapatos o tenis tiene dos grandes beneficios.
Primero, esa comodidad se reflejará en tu jornada sin duda. Y segundo, el calzado lustrado o unos zapatos deportivos limpios, son una excelente carta de presentación.
2. Colchón.
Podría parecer absurdo, pero es todo lo contrario. Un buen descanso te asegura sentirte bien al siguiente día.
Por tanto, no ahorrar en un colchón es una forma de cuidarte a ti mismo.
Además, los colchones baratos, por lo general, no suelen durar muchos años en buen estado.
3. Seguro para el desempleo.
Si alguna vez perdiste el trabajo de forma inesperada, ya sabes cómo se siente que tu cuenta bancaria se acerque poco a poco a quedar en ceros.
Por ello, no debes ahorrar en el pago de un seguro de este tipo.
Una de las ventajas que tienes sobre este “gasto” es que tú mismo puedes abrir una cuenta de ahorro en algún banco y así llevar las cuentas de cuánto y cómo guardas tus ingresos.
4. Educación.
Si tienes la universidad concluida, lo natural sería aspirar a la titulación. Después de eso están las maestrías y doctorados.
Cada uno de estos niveles te ayudará a aspirar a puestos más elevados y a mejores salarios, que se traducen en mejor calidad de vida.
Sin embargo, además de estos grados, existen un gran número de cursos que, en cada profesión, pueden hacerte subir de nivel en el trabajo o los negocios.
Por ello, no dejes de educar tu mente. Muchas veces, el conocimiento es dinero.
5. Atuendo elegante.
Debes tener cuando menos un buen atuendo en el que ahorrar no fue una opción.
Nunca se sabe cuándo tendrás una charla que te abrirá una nueva oportunidad laboral o si el día de mañana tendrás una cena en la que cerrarás el negocio de tu vida.
Así que, desde tus posibilidades, adquiere un buen traje, una camisa de buena tela y una corbata elegante.
6. Servicios.
Con el paso de los años, te darás cuenta que el tiempo libre que tienes es cada vez más valioso.
Por ello, no debes ahorrar en cuanto a los servicios se refiere.
Ese tiempo que inviertes en planchar tus camisas o en barrer el departamento, te impide pasar tiempo de calidad con tu familia o multiplicar tu dinero, sin contar el desgaste físico.
7. Salud física y mental.
Para cerrar este conteo, es hora de mirarnos a nosotros mismos en el espejo y reflexionar.
¿Qué necesitas para mantenerte bien física y mentalmente? Para ello, siempre es bueno darse un gusto en el que no ahorrar sea la clave. Todo dependerá de las posibilidades que tengas.
Quizá un viaje, la suscripción al gym, la compra de un libro o un videojuego… Al final, tú decides.
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