Lo que nadie te dijo sobre empezar a invertir

Para convertirse en inversionista, muchas personas creen que sólo se necesitan habilidades numéricas, pero no hay nada más alejado a la realidad, el factor psicológico es uno de los más importantes al momento de tomar decisiones de inversión.

Las emociones, la personalidad e incluso las experiencias previas influyen en cómo las personas perciben el riesgo, pero ser presa de tus emociones puede empujarte a tomar decisiones precipitadas que te hagan perder oportunidades o jugosas ganancias.

Cuando inviertes, por ejemplo, en acciones, que son instrumentos que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores y que te permiten ser dueño de una pequeña parte de las empresas más grandes del país, suelen tener variaciones en su precio en el tiempo, por lo que hay que saber cuándo es momento de retirarse y cuándo conviene esperar.

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Por eso, si tú quieres incursionar en el mundo de las inversiones, lo ideal es informarte sobre las alternativas que te ofrece el mercado, pero también aprender a controlar tus emociones.

Aquí te damos cuatro tips para lograr autocontrol, manejo de estrés, pensamiento crítico y mejorar tu toma de decisiones:

1. No te enamores de una acción. Imagina que, por alguna razón que no identificas bien, te gusta mucho una empresa. Quizá es porque eres cliente o porque te trae un buen recuerdo, pero cuando la acción está mal, es mejor retirarse o diversificarte. No pongas toda tu inversión en una misma acción porque te estás perdiendo otras oportunidades. De igual manera, no odies a ninguna una acción. Si una acción te trajo muchas pérdidas, no la odies. Los mercados y las empresas cambian todo el tiempo. Puede que la próxima vez sea tu favorita.

2. Limitar pérdidas maximiza resultados. El mismo George Soros lo ha dicho, el éxito no se mide en cuánto ganas cuando ganas sino en cuánto pierdes cuando pierdes. En el mercado bursátil es importante ser disciplinado, si bien en ocasiones las caídas dan oportunidades de comprar a precios interesantes, un inversionista debe definir los niveles de tolerancia con anticipación y apegarse a los mismos.

3. Huye del sesgo de confirmación. Cuando tú crees en algo, por ejemplo, que una acción va a subir de precio, es probable que pongas más atención a la información que te haga confirmar tu creencia y a poner menos atención en aquella que la contradice. Procura hacerte llegar información de diferentes fuentes, revisa números y evita casarte con una sola idea, eso te puede costar caro.

4. Aprende de tus errores y, más importante, de tus aciertos. La manera de generar un sistema dinámico que pueda dar resultados y seguridad comúnmente está nutrido por el minucioso estudio de las fallas. Pero también es cierto que de las ganancias se debe hacer un análisis igual de profundo. Debemos aprender a diferenciar qué tanto se puede atribuir a nuestro talento, o a la suerte o sentimiento general del mercado. De lo contrario podremos generar un exceso de confianza que no necesariamente este fundado.

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