La confianza nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, a valorar nuestro trabajo y esfuerzo, y principalmente a respetarnos.
Sin embargo, si la confianza llega a ser en exceso, estaríamos despegando los pies de la tierra y haciéndonos falsas ideas de nosotros.
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Esto provocaría que no podamos ver la realidad, que nos enfoquemos en la perfección y que nuestra personalidad y cualidades se vean empañados por un pensamiento que no nos sirve.
Se vale que confíes en ti y que te des tu lugar en todo momento, pero no que te sientas superior a los demás o que tienes la verdad absoluta.
Es momento de analizar si eres un hombre seguro de ti mismo o un soberbio que quiere brillar a toda costa:
3 señales de que tienes exceso de confianza
1. Tienes la razón.
Si en todo momento crees que tienes la razón o que tu opinión es la única que importa, te estás equivocando.
Porque no eres un hombre perfecto, (en realidad nadie lo es) y quieres o no, cometes errores, por lo que no siempre estás en lo correcto.
Y esto no es algo malo, pero creer que eres el único que acierta o triunfa, te llevará a perder, no solo amigos también el éxito se alejará de ti.
2. Quieres que las cosas se hagan a tu modo.
No importa si es la forma correcta o si solo estás improvisando, quieres que los demás sigan tus órdenes.
El problema es que no eres un líder, porque no puedes realizar ni lo básico.
Sí, tienes talento, pero el exceso de confianza te hace pensar que tú forma de hacer las cosas es la correcta, cuando ni siquiera has visto las consecuencias de tus actos.
Tus errores no son porque otros te envidien o te pongan el pie, sino porque no estás tomando las decisiones correctas.
3. Te encierras.
Es decir, tu exceso de confianza te está traicionando, porque has decidido ser un pez grande en una pecera pequeña.
Dominas y tienes “experiencia”, porque sigues haciendo lo mismo de siempre, sin embargo, te aterra salir de tu zona de confort.
Te encierras en lo poco que conoces, porque tienes claro que si sales al mundo real, te comerían en segundos.
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