3 cosas que te recordarán que no eres perfecto, pero sí un hombre valioso

Por mucho tiempo nos han hecho creer que para que los demás nos valoren necesitamos ser un hombre perfecto.

Tienes que tener éxito, ser atractivo, el más inteligente y tener poder a toda costa.

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Incluso, nosotros nos hemos casado con la idea de hacerlo todo bien y de forma perfecta para que nadie nos ataque, moleste o lastime, sin embargo, terminamos dañándonos a nosotros mismos.

Sin embargo, es importante recalcar que no necesitas ser perfecto para ser valioso.

Tus imperfecciones, defectos y errores, te enseñan lecciones de vida, pero también te vuelven un hombre más capaz…

3 cosas que te recordarán que no eres perfecto, pero sí un hombre valioso

1. Concéntrate en lo que tú quieres ser.

Al final de cuentas el que se verá afectado por tus decisiones serás tú mismo. Si lo haces bien, te van a criticar y si te equivocas, también lo harán.

Así que, enfócate en buscar y trabajar por lo que quieres ser. Concéntrate en ser mejor que ayer y luchar por ti y por tu felicidad.

2. Sé valiente.

Ser la oveja rebelde o negra siempre será mejor que seguir algo que no te gusta o que sabes que no te hará feliz.

Tarde o temprano, te vas a equivocar, pero también encontrarás felicidad en algún momento del camino.

Lo importante no es ser perfecto o hacer las cosas siempre bien, lo relevante es ser valiente y atreverte a seguir cuando creas que todo está perdido.

Intentarlo hasta que te sientas satisfecho contigo mismo o aprender a soltarlo, porque sabes que no es para ti.

3. Dedica tu atención y energía a cosas valiosas.

Al decidir actuar conforme lo que tú quieres y necesitas, debes aprender a cuestionarte si estás poniendo tu atención en cosas importantes.

Tu atención y energía son demasiado valiosas como para que las desperdicies.

Haz una limpieza en tu hogar, escritorio, de clóset, de redes sociales y hasta de amigos o familiares, si es necesario, pero comienza a darle tu atención y tiempo, el valor que merecen.

Aferrarte a algo que no te hace bien, solo está provocando que creas que debes sufrir para obtener algo mejor.

A veces, necesitas soltar y liberarte de todo lo malo, para que llegue algo mejor.

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